sábado, 9 de marzo de 2024

Los Privilegiados

Tiene razón el galáctico líder al decir que quienes marchan contra su gobierno son privilegiados.
Si se observan con cuidado los videos se encuentra que hay una mezcla heterogénea de razas, pintas, edades y categorías sociales. A pesar de la diversidad es muy obvio que todos son privilegiados.

Han tenido el privilegio de trabajar duro, ahorrar y construir un patrimonio y un modo de vida digno que no involucra disfrazarse de camuflado, reclutar niños para armarlos y obligarlos a matar y poner bombas.
Son privilegiados porque han sabido aprovechar la poca o mucha educación que recibieron y la han puesto al servicio de los demás creando empresas o contribuyendo a que las empresas de otros prosperen y generen más empleos dignos.

Son privilegiados porque marchando expresan libremente su rechazo a unas políticas que han demostrado ser fórmula de miseria. Lo hacen por convicción y sin quemar comercios ni atacar policías para permitir el cinismo de que no hubo heridos gracias al gobierno. No van en uniformes provistos por el gobierno. No llevan carteles elaborados por sus jefes. No marchan para conservar el puesto oficial que tanta indignidad y abuso les genera.
Marchan porque han tenido el privilegio de conducir sus vidas con honestidad, sin engaños ni trampas. Porque no estuvieron confundidos en la juventud participando en aventuras guerrilleras, en asaltos o tortura de secuestrados. Porque han tenido la mente abierta a muchas ideas y han sido capaces de encontrar su verdad, conectada con la realidad liberándose de dogmas y fanatismos.

Y si, temen perder sus privilegios. Los de la libertad de expresión, de trabajo, de movilización, de salud, de pensión. Temen perder las organizaciones sociales con las que canalizan la filantropía que ayuda a los demás en una forma mucho más eficiente que el Estado.
El temor lo comparten con el compañero Presidente, quien tampoco quiere perder sus enormes privilegios, ni los de su esposa y su séquito de masajeadores, maquilladores y estilistas, de Nicolás con sus gasticos de 200 millones al mes, de sus miles de ineptos funcionarios que reciben jugosos salarios por exhibir ignorancia e ineptitud.

¿Cómo cabe tanto privilegiado en el país de la inequidad?.
Son millones que protestan el privilegio de sostener a los cientos de parásitos que desconocen la austeridad.

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miércoles, 6 de marzo de 2024

La Moral revelada

Los fundamentalistas religiosos se creen poseedores de la verdad e imbuidos de la única moral aceptable. Citan pasajes bíblicos, coránicos, o de cualquier otro libro que consideren sagrado como inspiración para su comportamiento. Invocando siempre la paz, la justicia y la bondad han sido capaces de involucrarse en toda clase de atrocidades: sacrificios humanos para aplacar Dioses, bombas o actos suicidas que generan destrucción y muerte, explotación, tortura de mujeres y esclavitud descarada o encubierta, asesinatos selectivos y crueles de quienes se atreven a criticar o caricaturizar a sus profetas, para mencionar solo algunos de los más conocidos.
Por suerte en occidente, con excepción de USA, quedan pocos, pero se dan silvestres en otros lares y generan indescriptible sufrimiento a sus semejantes que con frecuencia son connacionales o inclusive correligionarios.

Lo que si padecemos es la diseminación viral del fundamentalismo ideológico. Al igual que sus pares en la religión, fueron educados con unos pocos textos que repiten distintas versiones de lo mismo y se les enseñó que era la fe en esas creencias lo que valía. Se llegó a la osadía de calificar esa visión como científica lo que la volvió indiscutible. Se les prohibió la lectura de “basura” y el intercambio de ideas por fuera del culto. Se les enseñó que si había contradicción entre la realidad y el ideario, había que interpretarla y torcerla hasta adaptarla a su verdad. Se los convenció que solo su moral era humanista, que solo ellos se ocupaban del prójimo y la naturaleza en forma adecuada y que su sistema social era tan puro que muchos, ni siquiera los beneficiados, lo iban a entender. Por eso había que imponerlo con violencia. Los no creyentes son nazis o fachos y si no se tiene el poder, es legítimo matarlos, secuestrarlos, amedrentarlos y despojarlos. Si se tiene el poder, hay que encarcelarlos, exiliarlos o desaparecerlos con el amplio menú de opciones que ha sabido desarrollar la perfidia humana.

En nombre de un bien superior común, encuentran validación moral para destruir, asaltar, quemar o matar uniformados o cualquiera que se les oponga, invirtiendo los valores sociales, premiando, nombrando y promoviendo criminales mientras se persigue con toda clase de restricciones y regulaciones a los que están tratando de producir.



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