viernes, 30 de junio de 2023

El culto de la Ciencia

Hay quienes se han referido a la Ciencia como un culto más, demostrando desconocer la esencia del término. Para creer en un culto basta con tener fe: “sé porque creo”. Por educación, ejemplo o inspiración se adquiere la convicción de una verdad que suele ser absoluta en el nivel individual o grupal pero se vuelve relativa en el nivel global. La verdad que un Cristiano está dispuesto a defender hasta con su vida, es una peligrosa herejía para un musulman quien justifica matar por ese mismo motivo. Ocurre lo mismo con la ideología política convertida en culto. El sustento y la justificación para el odio y la guerra surgen de la convicción de tener la posesión de la verdad.

La Ciencia no es un culto porque no es un sistema de verdades creadas por la imaginación. Consiste en un método para estudiar la realidad, describirla y entenderla, usando la experimentación y verificación de la estructura y funcionamiento de nuestro cuerpo y todo lo que nos rodea. Una verdad científica se establece cuando su comprobación es repetible por muchos.
El hindu que cae de un décimo piso se mata por la misma ley de la gravedad que hace lo propio con un evangelico quien se suicida de un puente en San Francisco, así ninguno de los dos la conozca o crea en ella. El agua de las abluciones de los budistas tiene los mismos dos átomos de hidrógeno que la de las pilas bautismales, así su estructura molecular sea desconocida por quienes la usan para bendecir. Una vez establecida y comprobada una verdad científica, seguirá siéndolo independiente de cuantas mentes la aceptan. Los cultos, por el contrario, están solo en la mente de quienes creen en ellos. Si desaparecen todos los Zoroastras, se acaba el Zoroastrismo.

Aunque la Ciencia ha resuelto casi todo lo que antes requería de explicaciones mágico - religiosas, aún hay campos en los que se plantean teorías, se hacen ensayos, se refutan errores y se sigue creando conocimiento. Es lo que se conoce como las fronteras de la Ciencia, donde obviamente ocurren cambios. La esencia del método científico es comenzar con “no se” y buscar la respuesta. Algunos, muy desinformados confunden el conocimiento en desarrollo con el establecido y llegan a la peregrina afirmación de que “todo es relativo”. (y no es hablando con Einstein)
Del mismo modo, el liberalismo no es una ideología. No es un conjunto de verdades que explican todo, sino un método para estudiar y entender el comportamiento humano en sociedad y la manera como se genera bienestar. Y la democracia no es un “sistema” que todo lo resuelve sino un herramienta para orientar la vida en sociedad. Ha funcionado en donde se la entiende y ejerce porque logra una síntesis del trabajo conjunto, produciendo paz y prosperidad. Con errores, ajustes y afinamientos que los grupos sociales van haciendo para lograr una existencia cada vez mejor. En eso debe consistir el “cambio”, no en arrasar con todo, para empezar de cero.

Parodiando a T.H. Huxley: “La gran tragedia de la Ciencia. El sacrificio de una bella hipotesis por un feo hecho”, podria decirse: “La gran tragedia del Socialismo. El sacrificio de unas bellas ideas por la fea realidad del comportamiento humano”