viernes, 26 de enero de 2024

Guerra sin fin

No se cansan politólogos y violentólogos de hacerse la misma existencial pregunta: ¿Por qué no hemos logrado acabar la guerra en Colombia a pesar de tan loables esfuerzos? Quien tenga memoria, y algún recorrido recordará que todos los programas de gobierno han tenido un gran capítulo que describe cómo acabar la guerra.
Como estamos comprobando ahora, entre más denso ha sido el discurso alrededor de guerra y paz, peor ha sido la matanza. Si se revisan los datos de homicidios la única reducción importante ocurrió en el período 2004-2010.

Y en realidad la explicación es muy sencilla: aquí no hay, ni ha habido guerra y por tanto no habrá quien pueda acabar lo que no existe.
Desde luego que apropiar el lenguaje de la guerra para describir una situación de violencia, resulta muy tentador, y es práctica universal. Quienes sufren o ven la inseguridad, fácilmente caen en las trampas del lenguaje y repiten, sin pensar, el discurso. Se exhibe ilustración cuando se habla de los “combates”, de los “actores en conflicto”, del “cese bilateral del fuego”, “retenciones humanitarias”, “intercambio de prisioneros”,“enfrentamiento”, haciendo toda clase de mezcolanzas que barbarizan el lenguaje para torcer la realidad.

Las guerras se dan entre ejércitos que representan países o grandes comunidades. Una vez declaradas, se enfrentan durante un tiempo al cabo del cual, uno gana, el otro pierde y se acaban. Es obvio que esto no describe a Colombia.
Aquí lo que abunda son grupos de delincuencia organizada y bandas criminales cometiendo atrocidades que pretenden envolver con un disfraz de camuflado y una verborrea pseudopolítica. Ninguno respeta normas de guerra o convenciones internacionales, no representan los intereses de ningún grupo humano que los respalde y todos los jefes exhiben el comportamiento propio de los capos de la mafia.

No hay país en el mundo que no sea azotado por el crimen organizado. Mexico y Ecuador han visto cómo se expande y aumenta su poder despues de legitimarlo dándole categoría de guerra. Quienes viven en paz, han hecho el diagnóstico correcto y llaman al hampa por su nombre, enfrentan las bandas con firmeza y no se confunden en esfuerzos por entender y justificar la actividad criminal y mucho menos buscar negociaciones que busquen apaciguarlos o pagarles para que no sigan delinquiendo.
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domingo, 21 de enero de 2024

Trastorno ideologico

Hay trastornos que afectan a las mentes que se han pasado la vida leyendo solo Marxismo y sus derivados. Uno es la incapacidad para ejecutar. Como no han hecho otra cosa que criticar y quejarse, nunca han tenido la experiencia de montar una empresa o un negocio y solucionar todas las dificultades que se van presentando. Están convencidos que con tener ideas es suficiente. Por eso defienden con tanto ahínco y expresan tanto entusiasmo por su ideología. Les basta con tener una bella idea que suene bonita, y se exprese con suficiencia literaria. Eso de aplicarla en un escenario de la vida real, y sacarla adelante o verla fracasar, no es para esas mentes. No aceptarán nunca que las bonitas ideas del comunismo, llevadas a la práctica, fueron un desastre. Por eso Petro idea cerrar la explotación de fósiles porque la va a reemplazar con turismo. Calcular lo que le va a pasar a la economía del país cuando caigan los ingresos y tenga que comenzar a comprar combustibles, no debe contaminar su idea.

El trastorno mental, impide entender que desarrollar el turismo implica una gran inversión en infraestructura y unos niveles de seguridad muy distintos a los que está dando la paz total, o que la transición energética tiene que ser lenta ya que no puede pararse la energía fósil hasta que esté implementada la alternativa.

Otro concepto que no cabe en esas mentes es el de costo beneficio. Cuánto hay que invertir para obtener un determinado beneficio, y cómo se miden el resultado? Poco importa porque la mente está obsesionada con la idea. Además, como la plata es del estado, no hay necesidad de hacer cuentas y se puede ser muy generoso. ¿Quién dijo que los gobiernos se tienen que regir por los conceptos de productividad del inmundo capitalismo?

El visionario se irrita porque no entendemos que alquiló un localito por mil millones al día para mostrar unas mochilas, que van a comprar los banqueros y ricachos del mundo, que pasan en limusina. Las “decenas de miles” que circularán por los 50 metros del chucito, pagarán con creces.

No se ha conocido ni en forma aproximada, el beneficio que han traído los muchos millones de dólares gastados en los alegres paseos de Presidente y su Vice. Todos se justifican con bellas retahílas que riman muy bien con las geniales ideas, pero ninguno muestra ni un imaginado retorno de la inversión.

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