domingo, 12 de diciembre de 2021

Mi verdad - el clima

Poner de acuerdo a presidentes y dirigentes de 197 países y comprometerlos con acciones difíciles tiene un mérito indiscutible. Desde Kioto, pasando por París, hasta Glasgow, se vienen reuniendo miles de expertos que evalúan cómo los humanos estamos estamos arrasando con ésta, nuestra única morada.
El método científico implica que toda observación o experimento se somete a múltiples comprobaciones en muchos sitios por diferentes personas. Así se solidifica la evidencia científica. En ciencias exactas no hay mayor discusión una vez que se establece un principio. Por eso se la llama Ley. La fórmula de la ley de la gravedad funciona siempre y no se la somete a votaciones.

Pero otras no son tan exactas y no por ello dejan de ser Ciencia. La razón es que son demasiadas variables y no alcanzamos a entender la totalidad de sus interacciones. Siendo menos precisas representan la mejor aproximación a la verdad.
El análisis de lo que le está pasando al planeta cae en esa categoría. Hay quienes cuestionan la precisión de las medidas y controvierten la magnitud de las predicciones apocalípticas.

Pero quienes niegan que fono-sapiens ha generado cambios, pretenden tapar el sol con las manos.
Basta ver los reportes de especies que han desaparecido o están a punto de hacerlo, hacer seguimiento de fotografías satelitales de bosques, selvas y glaciares, realizar que la pesca industrial tiene que ser subsidiada, para que acabe con lo poco que queda. Leer de fuentes confiables cómo estamos eliminando la biodiversidad, llenando la tierra a unas pocas especies que esclavizamos para satisfacer nuestros gustos, llenando la atmósfera de metano, y contaminando ríos con pesticidas y fertilizantes, consecuencia del monocultivo intensivo. Conocer las mediciones de temperatura y acidez de los océanos que están convirtiendo los corales en gigantescos cementerios de esqueletos blancos.

Tenemos que entender, que es basándonos en hechos y datos, que tendremos acceso a la verdad y así tomar las acciones necesarias para sobrevivir. No se puede adornar la controversia argumentando que se trata de manipulaciones políticas de los más liberales y verdes, o que algunos se enriquecen con el cuento. Es argumentación fútil y puede usarse en ambos sentidos: el negacionismo climático se genera en el conservadurismo de quienes se asustan con el cambio porque ven amenazada su riqueza basada en la energía no renovable.

Los cambios inducidos por la actividad humana en el planeta son indiscutibles. Lo que se puede discutir es su gravedad, y cuanto es el tiempo que tenemos para cambiar. Pero tiene que haber una conciencia en gobiernos, empresas, ciudades, grupos y personas, sobre la urgencia de evolucionar hacia una interacción distinta con la naturaleza. Puede ser lenta y gradual y no debe incluir medidas ruinosas como parar de un tajo la producción de petróleo en un país como Colombia.

Muchos de los entusiastas e influyentes antivacunas han muerto de Covid. Literalmente ahogados en su ignorante tozudez, han arrastrado a muchos seguidores a escoger el camino de la muerte.
Asumir esa misma actitud con el cambio climático, es también invitarnos al suicidio colectivo.

Mi verdad - la vacuna

Cómo construye cada cual su verdad? Solía ser fácil creer en lo que nos habían enseñado y estaba escrito en libros sagrados. Vino la ilustración y creímos que el método científico nos revelaría siempre la verdad. Y no se puede negar todo lo que la humanidad ha avanzado gracias a la ciencia.
Pero resulta que los problemas que enfrentamos no son sencillos. Quisiéramos que todo se resuelva con un simple SÍ o NO. ¿La vacuna sirve? ¿Tenemos democracia? ¿Estamos destruyendo el planeta?
Con internet, nuestra fuente de la verdad dejó de estar en unas pocas personas, o libros. Tenemos acceso a miles de opiniones y datos que nos llegan empacados en todos los medios posibles y filtrados para que nos gusten

Cómo construimos entonces NUESTRA verdad? ¿En qué creo yo? ¿Qué historias consumo? Porque me creo unas y rechazo, o ni siquiera miro otras?
Empecemos con Covid. La mayoría de la gente cree que la Medicina está regida por la Ciencia y por tanto los médicos son unos modernos sacerdotes. Eso es cierto en un buen porcentaje. Pero hay charlatanes, pseudociencia, fraude estadístico y locos con título. Sería lindo y fácil contestar la pregunta de la vacuna con un estruendoso SÍ.

Sí reduce dramáticamente la ocupación de las UCI y las muertes. Pero no las elimina, especialmente en viejos y enfermos. Reduce la frecuencia de contagio pero muchos vacunados se enferman y pueden transmitir la enfermedad. La protección de la vacuna es buena pero a los 6 meses comienza a bajar por lo que todos vamos a terminar con dosis recurrentes. La inmunidad de rebaño aplica, pero está pareciendo que por la contagiosidad de las nuevas variantes va a tener que acercarse al 90% .

Esta es la verdad que hemos podido construir con la observación de los hechos y datos, constantemente corroboradas por científicos honestos, con mentes equilibradas, que están en el oficio de observar la realidad del comportamiento de un virus nuevo y orientar nuestras decisiones.

Explica porqué algunos países están creciendo un diente más del fatídico serrucho que ha sido la gráfica de la pandemia. Y está llevando a que algunos gobiernos se desesperen con quienes han resuelto construir su verdad con pintorescas conspiraciones, elaboraciones simplistas y farsantes titulados, e inclusive están considerando vacunar a la brava. Es que las delta y omicron de los no vacunados nos van a llevar a encierros. Es que todos pagamos por sus costosas y buscadas estancias en las UCI. Hay médicos y enfermeras que ya no dan más y están renunciando a lidiar con tan suicida e ignorante terquedad.

El valor más preciado es la libertad. Todos la debemos defender. Para informarnos, pensar y creer en lo que queramos. Pero si nuestras creencias generan acciones que pueden hacer daño a los demás, pisamos el límite de nuestra libertad. Para disfrutarla con responsabilidad tenemos la obligación de buscar fuentes serias, cotejarlas, verificarlas y usar el sentido común. Cuestionarse y correlacionar con hechos verificables. Si eso se hace con juicio y se aprenden rudimentos de matemáticas y estadística, se podrá evitar construir verdades que parecen disparatadas fábulas. Continuaremos con la democracia y el clima.