viernes, 30 de diciembre de 2022

Xenofilia (22364)

Un rasgo indiscutible del Colombiano es la Xenofilia. Nos fascinan los extranjeros. Nos hinchamos de orgullo cuando presentamos a un amigo Aleman. La familia celebra emocionada cuando la niña se casa con un Arabe. Recibimos orgullosos la visita de un conocido español.

Hay una hipótesis que sugiere es consecuencia de otro rasgo con el que cargamos como una pesada cruz, nuestra bajísima autoestima. Todo lo Colombiano es malo. País de cafres dijo un expresidente. Ladrones, tramposos, vivos que encuentran la menor oportunidad para torcer la ley. No es sino abrir un periodico o revista, ver un programa de análisis, para enterarse de las más variadas imprecaciones que se usan para describir nuestra lamentable y terminal situación.

Pero también podríamos atribuirle a la constitución de 1820 que estableció que todos los extranjeros, gozarán de los mismos derechos de los Colombianos.
Con esa tradición, el gobierno Duque organizó toda una estrategia de atención y respeto a los Venezolanos, que sin duda ha sido ejemplo para el mundo. Un país sin muchos recursos que se ajusta la correa para darle la bienvenida a millones de exiliados de un régimen que ha logrado empobrecer y atormentar a su población.

Quien se haya tomado el trabajo de darles una mano y preguntarles, se da cuenta que no andan buscando un “sueño americano” Solo buscan algo de paz y libertad y si es posible un trabajito para sobrevivir.

Algunos de los que han logrado acomodarse, claman al cielo al constatar que comenzamos a dar tumbos que se están pareciendo mucho a la progresiva descomposición que los terminó expulsando.

Quien lee la declaración de los derechos humanos constata que en el papel, todos los seres humanos nacen iguales y tienen derecho a no ser discriminados por razones de sexo, edad, raza, color, idioma, religion, origen social o nacional. Y se reconcilia con los líderes mundiales que los recitan con impecable dicción.

Para luego ver cómo califican a unos sufridos inmigrantes de alienígenas ilegales (illegal aliens), los encierran en campos de concentración, los separan de sus familias, o los empacan como ganado, con destino desconocido. Su “delito” es su nacionalidad.

Seremos capaces de seguir siendo amables y receptivos con todos los “forasteros”, sin padecer de tanto autodesprecio? Los pocos que viajan y los muchos que podrían enterarse del mundo a distancia, ¿serán capaces de ver que en todas partes se dan los mismos problemas que aquí creemos nos son exclusivos? Seremos capaces de superar esa tan negativa, pueblerina y empecinada visión? ¿Será capaz la humanidad de evolucionar a un mundo en el que se borre ese artificio absurdo que son las fronteras? Los avances en libertad siempre han partido de propuestas que son juzgadas como ilusorias. Cuando se vuelven realidad, después de largos esfuerzos, todos asumen que esa es la evolución lógica de la historia. Repasar lo que significó la abolición de la esclavitud, la discriminacion racial, religiosa y sexual, el avance en los derechos de la mujer y los niños nos hace pensar que el camino por recorrer será tortuoso, pero posible en la medida en que seamos capaces de defender lo que valoramos como correcto.

viernes, 23 de diciembre de 2022

Vivir en Gracia

Un significado terrenal de lo que es vivir en Gracia, lo sienten quienes ejercen la Medicina y oficios similares, cuyo propósito es ayudar, aliviar y servir a los demás. Es cierto que, en un sentido amplio todo el que trabaja, está prestando un servicio al prójimo. Pero le cuesta más trabajo hacer la conexión a quién está sentado ante 5 pantallas con la meta principal de tener numeritos cada vez más grandes en su cuenta de inversión.

Para los médicos, la conexión es directa. Los resultados de sus actos son palpables y medibles en gracias. Un enfermo que se ha curado o ha dejado de sufrir, llena el espíritu del médico de aprecio y agradecimiento, independiente de si el logro fue a través de un contrato o medió algún pago.

Alguna vez le comentaba a alguien cercano que el hecho de recibir gracias muchas veces al día, nos mantiene en estado de gracia, lo que nos permite superar todas las demás dificultades inherentes al ejercicio de la profesión, como los desafortunados y ocasionales fracasos, que no siempre son entendidos como causados por formas más graves de la enfermedad. O el hecho de tener que lidiar con un sistema que defiende la autonomía médica en la letra pero en la práctica pretende ponernos límites y barreras que sabemos comprometen la calidad de la atención.
Le explicaba que eso hacía que me levantase todas las mañanas con ánimo y entusiasmo y salía con optimismo al trabajo en la convicción de obtener muchas más gracias que frustraciones.

En contraste, él me comentó que en todos sus años de trabajo, nunca había recibido las gracias de nadie. A pesar de obtener muy buenos ingresos, maldecía cada día de trabajo, al que veía como un mal necesario para poder prosperar.
En el curso de una vida que va pareciendo larga, he tenido la oportunidad de interactuar con miles de personas, muchas en condiciones dramáticas y desesperadas. Lo que he podido entender es que quien no ve más allá de su bienestar y sus necesidades, no solo vive menos, sino que vive muy amargado. En cambio todos los que han dedicado su vida a servir a los demás, se envuelven en un halo de paz y tranquilidad que les permite superar o enfrentar cualquier dificultad. Convivir con el sufrimiento de los demás, hacer un esfuerzo por entenderlo y reducirlo, contribuye a dar la perspectiva que se convierte en bálsamo para el propio.

El afán de reconocimiento y la ambición de acumular dinero, fama o importancia son motores indiscutibles de la prosperidad. Pero si no se logran taimar y reducir a sus justas proporciones, terminan minando la libertad y disolviendo las barreras morales, lo que genera progresiva frustración y amargura. A los jóvenes que claman rabiosos por sus derechos y solo tienen ojos para sus necesidades, a los adultos que no logran ser suficientemente competitivos y denigran de los altos escalones del ascenso, a los viejos que se deprimen en su aislamiento y resuelven que ya no pueden soñar, hay que ofrecerles el remedio: que no se vayan de este mundo, sin estar íntima y profundamente convencidos de haber hecho algo significativo por los demás. No por el reconocimiento, el premio o la paga. No por la fama, el poder o la gloria, sino porque su vida estuvo llena de Gracia.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Confusion

La confusión política tiene dos formas. La de quienes están auténticamente confundidos, simplemente porque siempre han leído la misma letanía ideológica, y la han convertido en culto. Y la de quienes confunden deliberadamente, para trepar los escalones del poder.

Si el objetivo auténtico es lograr justicia social con prosperidad compensando la desigualdad que puede generar la libertad, es muy seguro que serían muchos los adherentes. Lamentablemente, persiste la fijación de buscar variantes a un socialismo que sigue fracasando en todas las latitudes.

Predomina la soberbia intelectual de creer que la solución para todo está en concebir un modelo justo y equitativo de sociedad, que se impone por la fuerza, ignorando que es el ímpetu espontáneo de los individuos en libertad lo que ha creado el progreso que cimienta la civilización.

Todos los intentos de dirigismo estatista, han vuelto ineficiente la producción industrial y de alimentos, y han entronizado la corrupción. El despotismo que se implanta, va minando la propiedad privada, limitando progresivamente la libertad, comprometiendo la independencia de la justicia e implantando el desconocimiento de las relaciones contractuales. Es el modelo del sistema de Salud, que se deteriora con la progresiva limitación de la libertad.

El error más dañino ha sido confundir el liberalismo (neo, según la moda) con el mercantilismo, que es precisamente la degeneración socializada del capitalismo. Lo practican con insuperable diligencia los neo-oligarcas de siglo XXI, y explica su dramática inequidad: un poder económico monopólico en simbiosis con el poder político que hace repartición mutua de contratos y tajadas y atropella los principios elementales del libre mercado. Para cubanos y norcoreanos eso es ya una vieja tradición. Rusia, Venezuela, Nicaragua y China acumulan rápidamente méritos.

Un segundo campo de confusión consiste en denigrar de las normas y leyes que supuestamente nos impiden cambiar para construir esa sociedad diseñada por sabios ideólogos. Una cosa son las leyes de comportamiento que han evolucionado a través de siglos que nos permiten vivir civilizadamente en sociedad: el respeto por la vida, la propiedad, el compromiso, la puntualidad, la corrección, y otra son las leyes elaboradas por congresistas avivatos que buscan beneficios para ellos y sus grupos.

Se confunde también la ambición que impulsa la creatividad, la disciplina en el trabajo, la responsabilidad individual, con la inmoralidad en los negocios, el ventajismo, la trampa, el abuso de confianza y del poder.

Se confunde libertad con libertinaje porque si bien es cierto que el afán de superación genera desarrollo, también lo es que quien logra acumular poder y dinero tiende a abusar de su privilegiada posición. Allí si, el Estado y un buen sistema judicial están para proteger la iniciativa y capacidad de los más débiles.

Estas confusiones las repiten aun los que se identifican con la economía liberal, e infectan con gran facilidad las mentes que denigran del “sistema”, y terminan apoyando un totalitarismo esclavizante. Impiden entender que la libertad solo se logra cuando se cumple con una larga lista de obligaciones.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Estabilidad

Quien vive en una región que lleva años obsesionada con el cambio, tiene que asombrarse cuando ve un país progresando, gracias a la estabilidad.
Lo que ocurrió con la muerte y majestuoso funeral de Isabel II desconcierta a quienes hemos sido alérgicos a los ritos y le huimos a la pomba de las tradiciones.
Por más ridículos que nos parezcan los sombreros de las damas y los fastuosos disfraces de militares y ujieres de tan variopintos coloridos, hay que reconocer que supieron montar un imponente y solemne espectáculo, que sin duda inspiró confianza y estabilidad.
Se entiende por qué Londres ostenta la propiedad raíz más apreciada del mundo, por qué se convirtió en uno de los centros financieros más importantes y por qué quienes han emigrado a Europa, lo que quieren es cruzar el canal de la mancha.

Muchos analistas le han dado vueltas a explicaciones que ayuden a entender porque un país más bien pequeño, brumoso, con un sistema político tan desquiciado como el pelo de Boris, con una economía en crisis, sigue siendo tan atractivo para tantos ricos y pobres del mundo.
Cómo han hecho los ingleses para mantener la estabilidad por mil años a pesar de guerras, conflictos sociales internos, la pérdida de un imperio, en medio de revoluciones que sacudieron y cambiaron a casi todos sus vecinos cercanos. Cómo sobrevivieron la revolución americana, la independencia de india, la pérdida de casi todas sus colonias, el asustador antimonárquico ejemplo de la revolución francesa y rusa y el fin de tantos reinados en Europa.

El Reino Unido está entre los 12 países más prósperos que tienen en común constituciones con 100 años de estabilidad. Para referencia la de Colombia, de 30 años, lleva 45 reformas. En realidad no la deberíamos llamar constitución, cuya etimología significa converger para la estabilidad. Para no mencionar la del Perú, que se da el lujo de estilar 6 presidentes en 4 años.
Es forzoso aceptar que es la obsesión autocrítica que compartimos todos los latinos la que nos genera un deseo de cambiar, que resulta ser infinito. Con pocas excepciones, quienes examinan nuestra situación coinciden en que somos un desastre, sin importar para donde miremos. En un discurso de Petro, por ejemplo, no se salva nada. La economía, las empresas, la industria, el campo, la salud…todo está apestado. Nada sirve, nada se ha hecho bien. Y esa visión es ampliamente compartida. De allí tiene que surgir la lógica conclusión del cambio. Que hay corrupción, hay que cambiar, que la justicia no funciona, que hay inequidad, hay que cambiar. Si nos dieran un pesito por cada vez que se gritó “cambio” en la reciente campaña, seríamos millonarios, en dólares. Cuando el desesperado afán por el cambio coge tanto impulso, llegamos a Perú. No nos gusta el Presidente. Hay que cambiarlo, para que llegue otro que tampoco nos va a gustar y que también vamos a pedir cambiar. Lo asombroso es que, a pesar de todo, el país sigue funcionando, probando que los Presidentes no parecen ser tan importantes como pretenden.

Es tal la obsesión por el cambio que nos invade que muchos terminan cambiando su país, e invariablemente se van a algún sitio donde puedan sentir algo de estabilidad.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Salir del locker

Para muchos, salir del closet ha sido una decisión difícil que les ha generado momentos de angustia y rechazo, pero una vez tomada, ha resultado liberadora.

Hoy me propongo salir del… locker. Sé que es una decisión arriesgada y debo estar dispuesto a enfrentar el rechazo y desprecio social. Soy consciente de formar parte de una ínfima minoría de “raros”, que vemos el mundo de una forma diferente. Interactuando con los pocos que se han atrevido a confesar su condición abriendo su corazón, hemos llegado a la conclusión de su origen genético. Desde muy temprano saben que lo tienen pero ninguno se atreve a confesarlo abiertamente. Muchos temen el desprecio y el rechazo social que puede llegar a ser violento. Somos conscientes que revelar nuestra condición en el lugar equivocado y ante el grupo equivocado puede granjearnos una paliza tremenda e incluso poner en peligro nuestra existencia. Los pocos familiares y amigos que nos conocen nos han aceptado pero algunos no pueden disimular la lastima y muchos el profundo desprecio. Se que los poquisimos que me acompañan tienen terror a destaparse y prefieren vivir una vida de farsa en la que no pueden mostrarse como son. Pero llegó el momento de sacudirse y mostrar con el ejemplo, la autenticidad del ser. He decidido salir del…locker y revelar mi verdad: NO ME GUSTA EL FUTBOL. Nací así y no tengo por qué seguirlo ocultando. De niño, los amigos se peleaban para que yo jugase en el equipo contrario. Me quedo dormido viendo los partidos. No logro entender la gracia de unos tipos pateando una esferita y mucho menos la compleja estrategia que tantas horas de análisis consume. Me parece aburridisimo ir a un sitio donde miles dan brinquitos al unísono desafiando la estructura del estadio y se emocionan al infinito repitiendo un insulso cántico por dos horas. Nunca he sido ni he podido entender lo que significa hincha. Que algunos no le vean sentido a la vida y otros se sientan autorizados para quemar carros o romper vitrinas, porque unos “ídolos” no fueron capaces de patear con la suficiente eficiencia un balón, desafía mi capacidad de comprensión. Evito gastar mis duramente trabajados recursos, en boletas y la parafernalia del negocio, o pasar horas consumiendo publicidad que le genera desproporcionados y millonarios ingresos a jugadores e intermediarios, quienes concentran enormes recursos en unos pocos, lo que ha convertido a su bien organizada FIFA en una de las más proficientes escuelas de corrupción del mundo.

No he sostenido durante años a personajes como Luis Bedoya o Blatter y Platini, quienes se pasean por el mundo derrochando lujos con sus mal habidos recursos. El único consuelo, que debería ser compartido por tanto emotivo hincha es saber que es una Colombiana, la Dra Maria Claudia Rojas, ex-Presidente del Consejo de Estado, la jefe de la Unidad Investigativa del Comité de Ética de la FIFA. Desde que se creó, ha logrado sacar a los más destacados maestros en el arte de la tajada. La verdad, en mi profunda ignorancia futbolera, me produce más emoción saber que tengamos una representación de tanto calibre en la decencia mundial, que un escorpión volador que termine “hinchando la red”.

viernes, 25 de noviembre de 2022

FIFA y Esclavos

La andanada de Infantino, Presidente de la FIFA en Qatar es justificada pero por razones distintas a las que expuso. Los esclavos que construyeron los estadios no son novedad ni aberración exclusiva de Catar ni de ahora. Todos los estados árabes llevan más de 50 años sustentando su desarrollo en una fuerza laboral importada que para ciertas regiones conforma el perfil de esclavismo. Son reclutados en masa en sus empobrecidos países, transportados en barcos de oprobio, entregados en remolques a sus dueños y encerrados en barracas donde tienen derecho a un camarote, dos mazacotes de comida al dia, a que los lleven como ganado a trabajar 12 horas al dia, 6.5 días por semana en condiciones inhumanas en las que morir es parte del contrato. Esto ocurre con grados variables de abuso en todos los sectores de la economía.

Aunque son los árabes los que disfrutan sus mansiones, edificios y centros comerciales y toleran el atropello, son compañías americanas y europeas las responsables, junto con las agencias de reclutamiento, usualmente dirigidas por locales en cada país. Y son los gobiernos de Filipinas, SriLanka, Bangladesh, Nepal, Malasia e India quienes permiten y estimulan la esclavitud cerrando el circulo. El sueldo es recibido por las agencias quienes lo entregan al gobierno quien a su vez decide qué porcentaje le dan a las familias acostumbradas a sobrevivir con un dólar al día. Exportan en masa a sus nacionales sin importarles los atropellos a los que van a ser sometidos, pero si están muy pendientes de recibir su participación en el negocio. El mismo modelo que conocemos de Cuba con su exportación de médicos, quienes reciben una miserable participación en la negociación que se hace entre gobiernos. Esta infame reinstauración de la esclavitud a lo Siglo XXI, prueba que las injusticias no las define el sistema sino quienes se lo apropian. En capitalismo y en socialismo se dan silvestres los salvajes que exprimen sin piedad al prójimo con tal de llenarse de privilegios.

Es cierta entonces, la hipocresía de los organismos de occidente con la indignación por lo “destapado” a raíz del mundial. Quien tenga real preocupación por el abuso y sufrimiento de los trabajadores inmigrantes, debe saber que el fenómeno es muy extendido y va mucho más allá de las obras del mundial. Durante décadas, las agencias de derechos humanos y laborales, han sabido desviar su mirada hacia el prístino cielo del desierto, lubricados con generosas contribuciones y magníficas atenciones cuando hacen visitas. Y poco se asoman por los campos de concentración y cultivos de Europa y USA.

Escandalizarse con denuncias de sobornos en una FIFA que lleva años montando cátedra universal de corrupción, resulta candoroso. Como lo es “descubrir” la ausencia de derechos de la mujer y la comunidad LGBTQ, o la prohibición de alcohol, que más bien, resulta apropiada para un evento deportivo. Hay que reconocer que, independiente de todo lo que pueda molestar una cultura tan distinta, un país pequeño al que se le tenía mucha desconfianza, ha sido capaz de construir unos escenarios imponentes y darle una lección al mundo de organización, cumplimiento, orden y hospitalidad.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Bendiciones

Hubo una época, que duró más de mil años, en la que recibir una bendición era… una bendición.

Tenían categorías: una cosa era recibir la bendición del cura del barrio en la misa del domingo, y otra recibir la del Obispo en plena Catedral un viernes santo. Tenía mucho más mérito y borraba muchos más pecados. No se diga la de un Cardenal en una concelebración con muchos sacerdotes en el escenario, y ni hablar de un viaje a Roma a recibirla del mismísimo Papa. Y habiendo llegado al Vaticano una cosa era recibirla con una gran muchedumbre en la plaza de San Pedro (valiosa pero repartida) y otra si era en audiencia Pontificia privada.

En esa época, las bendiciones valían, tenían un significado, se recibían con piadosa devoción. Es cierto que a la mayoría de los mortales no les duraba mucho el halo de santidad o el arrepentimiento, pero el efecto era discernible y benéfico.

No he podido averiguar en qué momento fueron hackeadas. Ahora las bendiciones las reparte cualquiera, sin casulla, sin báculo, sin mitra. No hay vitrales, techos altos, cantos gregorianos ni olor a incienso. Cualquier vulgar guasap, tuiter, feisbuk o hasta tiktok las traen por bultos. Llegan sin pedirlas ni desearlas, y como cualquier ordinario meme nos congestionan el caché y el ram.

Quién ha dicho que cualquier cristiano o cristiana (para estar con la moda), sin mérito teológico alguno, sin títulos eclesiásticos de ningún tipo pueda andar repartiendo bendiciones a diestra y siniestra? Y para colmo, con un fin específico. Bendecido día , bendecida tarde, bendecido cumpleaños. Es la mejor prueba que esas son falsas porque vienen con instrucciones de uso. Las auténticas eran para uso personal y exclusivo. Ya vería uno cuánto le duraban y en que se las quería gastar. Para no hablar de la incorrección gramatical. Los días y las tardes pueden quedar benditos, como bendito es el que viene en nombre del señor.

Yo si solicito encarecidamente que no me sigan devaluando y vulgarizando mis bendiciones. No aprecio que me las estén mandando como pandebono. Cuando las requiera, yo sabré procurarme las de verdad.

El tema forma parte de la pandemia (sigo con la moda) que ha afectado a un sector mayoritario de la población y contra la cual no hay vacuna que sirva. Consiste en que no se puede hablar de nada sin que esté antecedido por “el tema” (como acabo de comprobar). Muy especialmente si se es funcionario de gobierno: el tema del campo, el tema de la seguridad, el tema de la devaluación. Entre más alto el cargo, mayor la severidad de los síntomas. Se esta diseminando un tratamiento para los más graves enfermos de temitis. Hacen gárgaras de cloro para darse cuenta que quitándole “el tema” a todo lo que hablan, no pasa nada. Porque además todo calificativo se volvió complejo. El tema de los masacres..complejo, el tema de la reforma…complejo, el tema del narcotráfico… complejo, el tema de la corrupción, pues es muy complicado. Nadie se atreve a llamar nada por su nombre porque es complejo. Se acabaron los adjetivos y calificativos y nos quedamos con uno, universal, válido para todo. Tal vez la solución sea repartir más bendiciones para ver si logramos que no haya tanto tema tan complejo.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Inflacion

La inflación es el recurso más efectivo que tiene un gobierno para esquilmar a la población.

No hablamos de la inflación inevitable del 2 o 3% que ocurre en todas partes y a la que le dedican libros enteros los más serios economistas. Ni la global que azota al mundo a raíz de las restricciones al movimiento de mercancías y las exportaciones de China por la pandemia, la baja en oferta de granos y fertilizantes por la guerra de Putin y los auxilios entregados por gobiernos a veces manirrotos. Hasta la economía más fuerte, exageró las dádivas y allí está Biden luchando con una inflación sin precedentes.

El atraco a la población lo ejecutan los gobiernos irresponsables, con líderes que atropellan el elaborado equilibrio entre oferta y demanda, logrado tras siglos de ajustes. Inclusive los hay tan delirantes que pueden jurar que se están inventado una nueva economía que involucra la transformación de la naturaleza humana.

La hiperinflación que producen estos promeseros se convierte sin excepción en el más extendido y descarado robo de los recursos de sus compatriotas. Puede considerarse el acto de corrupción más sublime.

Cuando los políticos se apropian de un porcentaje de los contratos, la gente reacciona enardecida. En un acto de infinita contradicción, muchos indignados salen a destruir los pocos bienes públicos que benefician a todos, y que se hicieron gracias a la rara ocurrencia de un contrato honesto. El propósito del político ladrón es, desde luego, mejorar su nivel de vida y el de sus allegados, pero una porción sustancial de lo que se roba lo usa para hacerse elegir de nuevo y perpetuar el ciclo. A través de nombramientos y subsidios condicionados, establece una red de chantajeados que votan para no perder el puesto o la próxima repartición. En la escala de las ciudades, son los alcaldes que empeñan los ingresos futuros de sus ciudades para lograr una base que les garantice el siguiente escalón electoral. Bogotá y Cali son dicientes ejemplos de esa bien concebida maquinaria, que tanto aceite consume.

Ya a nivel de país, toma la forma de un desmesurado aumento del gasto público que no se alcanza a compensar con impuestos acaba-empresas. Se recurre a consumir capital y a echarle mano a ahorros y pensiones del público. Repartiendo plata se crea la ilusión de bienestar, pues se estimula el consumo. Pero al no generar riqueza, se recurre a imprimir papelitos que se van llenando de ceros. Sigue control de precios y la tasa de cambio, inventando varias en un sistema de roscas y privilegios que hacen ver las corrupciones previas como un juego de centavos. Es la fórmula que han repetido “ad nauseam”, las hiperinflaciones de la región: Argentina (197%), Bolivia (183%), Nicaragua (261%) y Venezuela (800%), logrando diseminar la miseria a unos niveles inconcebibles. Por más maligna que pudiese ser la democracia Venezolana, quienes pedían el cambio, no imaginaron nunca un 80% de pobreza, 7 millones de emigrantes en la miseria, y una tasa de homicidios cercana a ganarle a Jamaica el primer puesto mundial.

Nuestra rápida devaluación, va trazando el camino hacia la hiperinflación. Será que necesitamos que nos aplastn los ceros?

viernes, 4 de noviembre de 2022

Ideologia climatica

Se usa la palabra precisamente porque representa un conjunto de ideas que definen una forma de pensar. Por eso le acomoda tan bien al Marxismo y sus nuevas variantes. Ideas, deseos, teorías, elucubraciones. Si no tienen relación alguna con la realidad, no importa. Lo que importa es que suenen bonito, y tengan apariencia intelectual y compasiva. Quienes viven en ese etéreo mundo, suelen calificar los discursos ideológicos de profundos e impactantes, y los celebran con primor.

El liberalismo, por el contrario, se basa en analizar la realidad. Usar el método científico que consiste en observar, registrar, describir y ensayar. Ha sido adoptado por la mayor parte de la humanidad, siguiendo las conclusiones de varios premios Nobel de economía.

Seguirle dando vueltas a ideas pauperizantes, es el camino que ha escogido América Latina. Las diferencias en prosperidad están a la vista, como cuando nos comparamos con Corea, con una economía 6 veces la de Colombia, y 20 veces la de Corea del Norte, donde el manifiesto comunista va en tercera generación de privilegios dinásticos. La tozudez ideológica permite ignorar la obvia conclusión: estamos menos desarrollados por estar más cerca de Corea del norte que el sur. Aquí y en latinoamérica se cumple cada vez más que la riqueza se logra enchufandose al poder y no asegurando la libertad que premia el talento y la iniciativa.

Observar que a la humanidad la mueve el afán de superación, de mejorar, de poseer, puede ser menos romántico que fantasear equidad y justicia, pero es la realidad. Ese motor que tenemos dentro es el que nos lleva a innovar y tener la disciplina para trabajar duro, con tal de mejorar nuestra situación. Se denigra como una perversión egoísta, desconociendo que cuando se estimula y permite para todos, el resultado es una sociedad que mejora equilibradamente su nivel de vida. La prosperidad resultante significa mejor vivienda y alimentación, acceso a más bienes y servicios, transporte cómodo y eficiente, con mayor consumo de energía y más efecto invernadero. Al planeta no le importa si la contaminación la produce el capitalismo o el socialismo. Por eso resulta tan necio afirmar que la humanidad se esta suicidando con un arma llamada Capital. Tenemos 30 años para reducir los 51 millones de toneladas de gases invernadero que le agregamos a la atmósfera cada año. Se han hecho enormes avances y hay razonables esperanzas de lograrlo gracias a la creatividad para desarrollar fuentes de energía alternativas. La solución no está en melodramáticos llamados a la humanidad, disfrazados de profundidad filosófica, para que se abandone la ambición de prosperar, implicando que solo con la primitiva pobreza estaremos en equilibrio con la pachamama. Ni está en la obcecada insistencia en parar la exploración en un país que representa un insignificante porcentaje de la producción mundial de petróleo. Lo que Colombia deje de bombear, lo compensa un príncipe Saudi abriendo una llave del baño de uno de sus palacios. La transición a energías renovables será gradual y sólo cuando sean competitivas, se podrá ir reduciendo el consumo de fuentes fósiles de energía y en consecuencia, la producción.

miércoles, 26 de octubre de 2022

La riqueza de las naciones

Desde que Adam Smith publicó hace 246 años las razones por la que los países se hacen ricos, un segmento de la humanidad se ha empeñado en ignorarlo. A pesar de muchos otros como Hayek, Mises, Becker, quienes han ido agregando al vasto repertorio de conocimientos que explican cómo los 30 países más prósperos del mundo lo han logrado, muchos siguen creyendo en quienes lucen con orgullo una enciclopédica ignorancia en economía.

El mercado, que en esencia, no es otra cosa que el pueblo, la gente, decidiendo libremente cómo quiere vivir, es demonizado. Las bolsas de valores se muestran como un casino de codiciosos cuando en esencia representan recursos persiguiendo ideas inteligentes, Las empresas con buenos proyectos y directivos confiables, reciben el capital que les permite crecer y servir a la humanidad. Con esa dinámica, aplicada a todas los intercambios que hace una sociedad, el capitalismo ha probado su ventaja sobre el socialismo, donde no se premia el talento ni las ideas, sino la capacidad para enchufarse con un poder estatal que solo consume y destruye riqueza. Cuando la dirección de una empresa no muestra resultados, la plata se esfuma, pierde valor y desaparece. Las estatales, ni resultados muestran. Aun así, hay quienes se enredan en anticuadas telarañas ideológicas.

Cuando un presidente demuestra tener el monopolio de la ignorancia económica, la adorna con envanecida arrogancia, y tanto él, como su equipo de ministros esparcen una vasta gama de disparates, se cae la confianza en el potencial del país y la riqueza se comienza a esfumar. En solo dos meses, Ecopetrol ha perdido 50 billones de valor y nuestro pesito el 25%. Si se aplica al PIB, solo en estos dos rubros, hemos perdido 300 billones. ¡Eso sí es cambio! Más de 15 reformas tributarias de riqueza embolatadas, con el solo ejercicio de una locuacidad desatinada. La obcecación es tan grave que ante la evidencia del descalabro, se acude al conocido y abusado ardid de Fidel: la culpa la tienen los gringos.

No estamos siguiendo los pasos de Venezuela, como pronosticaron muchos. Chávez se demoró 5 años en comenzar a desbaratar la economía, empobrecer el país, acabar con la industria y comercio, devaluar la moneda, disparar la violencia e hinchar la inflación. Aquí vamos mucho más rápido. Sin embargo, “el cambio no se está pudiendo implementar a la velocidad que se requiere porque la constitución y las leyes no dejan”. Se incita al pueblo a salir “por millones a la calle”, eufemismo para precipitar la guerra en las ciudades. Con un ESMAD de “cariñositos”, groseramente apaleados, ya tuvimos un abrebocas de lo que significa la “paz total”. Se busca implantar la Oclocracia, la voluntad de los patanes y belicosos. Si no salen los “millones” convocados, el Alcalde de Cali ya demostró cómo se puede sitiar una ciudad con unos pocos violentos, inmovilizando la policía.

El lenguaje es muy obvio, pero sigue habiendo muchos sordos, que sólo oyen la voz de sus deseos.
Por mucho menos se cayó la primera ministra inglesa. Colombia no aguanta 4 años de barbaridades y al continente no le cabe otra crisis humanitaria con millones de migrantes buscando libertad. Ya no hay donde ir.

viernes, 21 de octubre de 2022

Presentismo

Consiste en la práctica de analizar la historia con criterios morales del presente. Y como es obvio todos nuestros antepasados resultan ser unos bárbaros, asesinos, clasistas, racistas, misóginos, esclavistas, para no mencionar antropófagos y genocidas si incluimos la ascendencia local. Pocos humanos del pasado, clasifican como buena gente.

Por más pose de sabiduría histórica con que se hacen pronunciamientos que juzgan comportamientos de otros siglos, la práctica adolece de una sandez inmarcesible. La cultura, los valores, la estructura de poder, las relaciones, las creencias religiosas, cambian sustancialmente en décadas, y no se diga en siglos. Si hace 300 años alguien tenía el atrevimiento de salir del closet y declarar su ateísmo, arriesgaba arder en una hoguera, ante un público emocionado, alabando la justicia divina.
Si a un rey se le ocurría que tenía que correr las fronteras para crear un imperio, y lo lograba, matando millares, generando destrucción y sufrimiento inenarrables, se le hacía un enorme mausoleo siendo admirado por muchas generaciones.
Si un Tlatoani, resolvía que para aplacar a los dioses, había que machacarle la cabeza a un niño, los asistentes a tan macabra ceremonia se estremecían deseándose los mejores augurios.
Y así, se puede recorrer una gran cantidad de personajes y eventos de la historia, que vistos con el criterio moral de la actualidad, resultan censurables o inaceptables.

Por eso es tan evidente la ignorancia y superficialidad de quienes andan tumbando estatuas.
A Sebastian le hicieron una estatua en 1937 para conmemorar los 400 años de la fundación de la ciudad. No se le hizo un monumento a la crueldad que pudo haber ejercido contra los nativos que encontró en esa época. Sabiendo que algunas tribus eran violentas y antropofagas, es de suponer que en algunas comunidades no fue bienvenido, e hizo lo que en esa época se consideraba apropiado: usar la superioridad tecnológica para imponerse. Si aun ahora no se respetan en las guerras las más elementales reglas de
confrontación, es de suponer que hace 500 años la decencia y delicadeza no eran virtudes muy diseminadas cuando se trataba de conflictos con desconocidos.

Hace 90 años, cuando encargaron la estatua en bronce a un escultor español y la trajeron con gran dificultad a lomo de mula, no se usaba el lenguaje incluyente, ni eran reconocidos los derechos humanos, ni se le daba importancia al respeto de las minorías. Se les ocurrió hacerle un homenaje al fundador de la ciudad, que terminó convertido en ícono y atractivo turístico. Lo razonable es reconocer ese proceso como apropiado para el momento en que ocurrió. Es ridículo usar criterios o valores actuales para juzgar al adelantado por los atropellos que cometió, o a los ediles y alcaldes que lo inmortalizaron al crear un símbolo para la ciudad.

Para estudiar y entender la historia, es necesario regresar al contexto y la época. Las estatuas, además del ornato, nos recuerdan hacer la comparación con el presente, para realizar lo mucho que ha progresado la humanidad, y para darse cuenta que afortunadamente, los avances en civilización, nos permiten mirar el pasado como es, sin necesidad de “presentearlo”.

viernes, 14 de octubre de 2022

De quien?

En los primeros lugares de la lista de reivindicaciones feministas debería estar eliminar el “de”. Implica que una persona pertenece a otra. Unas culturas eliminan el apellido de nacimiento a la mujer cuando se casa y otras el nombre completo: Mrs Fulanito Smith. Desaparece nominalmente.

Ese “de” tiene implicaciones reales. La pertenencia es fácilmente distorsionada, y lleva a que el macho abuse de su legítima propiedad. Es una tradición muy diseminada y profundamente arraigada. Rima muy bien con esa absurda concepción del amor posesivo, que termina siendo una degenerada rama del materialismo.

“Si no es mía no es de nadie” aúlla con expresión dramática el galán mientras clava el puñal, provocando lagrimones de los espectadores, conmovidos con el aberrado drama.
Podría pasar como una variante admisible de humor negro, si no fuera porque refuerza el machismo posesivo que genera feminicidios en la vida real. El número no importa. Cualquiera es inaceptable y es reflejo de una cultura primitiva, animal, en la que el macho se impone por tamaño y fuerza.

La evolución ha producido muchos mecanismos para preservar y diferenciar las especies. Uno de ellos es hacer a la hembra atractiva y al macho agresivo, quien demuestra en sucesivas peleas, que son sus genes los que merecen transmitirse.
Como tantos instintos animales, la vida en sociedad los ha ido domando en un proceso moldeado por la cultura. Es más culto quien mejor controla sus instintos primitivos y ejerce la gentileza.
Así el gorila que lleva adentro, lo incite a querer apoderarse de las redondeces que lo rodean, un caballero se restringe y logra contener el avance de sus apéndices. Por más que su enfermizo ego lo lleve a sentirse el más agraciado y acuerpado, se limita a esparcir su semilla en donde es bienvenida y no golpea o asesina a quienes deciden no aceptarla.

El mundo del fundamentalismo musulman resolvió, a raíz de una imprecisa traducción del Corán, que lo que había que hacer era taparlas de cabeza a pies con trapos cuyo color, espesor y confección varían según el grado de radicalismo. En Arabia, los barbudos motawas, diligentes funcionarios del Ministerio para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, se encargan con sus varillas, de asegurar que las mujeres no pequen, mostrando un sensual mechón de pelo o la piel de un tobillo. Azotan en público y encarcelan por cualquier ridícula transgresión. No solo las envuelven, sino que las aíslan de todo contacto con el mundo exterior, restringiendo la educación y la opción de desarrollarse como seres autónomos y pensantes. Una doctrina cuyo principio es el cuidado y protección de la mujer, termina en abuso y opresión, con la persistencia de costumbres espeluznantes como la lapidación.

Por eso es excepcional que hayan hecho conciencia de su oprobiosa situación y se rebelen. El sacrificio de las valientes Iraníes debería generar apoyo universal y ser ejemplo para acabar con usanzas que refuerzan la capacidad de los secretores de testosterona, para apabullar a la mitad de la población que aporta delicadeza y ternura.

Si allá van a ser capaces de sacudirse el velo, acá deberían liberarse del “de” y dejar de pertenecer a alguien.


jueves, 6 de octubre de 2022

Planeacion central

La Salud como sector de la economía es uno de los campos más fértiles para el enfrentamiento de las dos visiones que polarizan al mundo y muy especialmente a Colombia. Por un lado tenemos a los sabios de la planeación central. Los que calculan minuciosamente de qué nos vamos a enfermar, con qué severidad, donde y quien nos debe atender. Una variante realista de esta tendencia, asigna presupuestos y pone límites al gasto, flexibilizando la oferta y previendo que no toda la demanda la puede resolver el sistema. Otra más radical establece derechos que quedan bellamente descritos en elaborados documentos y leyes que casi nadie entiende y menos aplica. El resultado de los primeros es un sistema que soluciona los problemas más críticos, le ayuda a los enfermos más desvalidos y lograr un razonable equilibrio entre la demanda de servicios y lo que se logra ofrecer. Ese es el sistema francés con 4K (US) de gasto per cápita donde la salud representa el 11% del PIB.

Los planeadores absolutos, quienes prohíben, o no pagan, cualquier atención por fuera del sistema logran extraordinarios resultados. En la imaginación. Enfrentados con la tragedia de un sistema que no resuelve los problemas de salud más elementales a un gran porcentaje de la población, recurren a dos estrategias: un sistema élite, de alto nivel para los importantes del gobierno, que es el de mostrar. Y la manipulación de las estadísticas. Todas son oficiales y pintan maravillas, que los camaradas repiten con fervor. Ese es el sistema cubano con 0.7K per cápita y 12% del PIB.

Otra corriente es la que resulta de aplicar total libertad. Los servicios médicos los determina la demanda. La solidaridad y planeación corresponden a los seguros que ajustan los costos a lo que cobren médicos y hospitales. Todos tienen un estímulo perverso para gastar más y es el usuario final el que paga, dejando a muchos por fuera. Es el de USA con 16K per cápita y 17% del PIB.

¿Cuál es el sistema que le conviene a Colombia con 0.9K per cápita y 8% del PIB?. Ciertamente no el que está en la imaginación de los planificadores, quienes decretan la mejor atención, a toda la población, ignorando cifras y capacidades. Lo realista es aprovechar la infraestructura de prestación privada, que hoy en día resuelve el 70% de las atenciones, pero con libertad de tarifas, que los lleve a crecer, competir y progresar. Los hospitales publicos que hoy tienen un márgen del 8%, establecen las tarifas que paga el sistema. Los pacientes deben tener la libertad para recibir atención donde prefieran permitiendo el copago y el sistema debe tener la obligación de pagar la tarifa establecida. El pagador puede ser único y central no siendo necesaria la inoperante vigilancia de los grandes contratos.

No hay que mirar lejos para pronosticar el desastre económico y social que se nos viene. Debe haber unos 38 millones de Colombianos que entienden el valor de la libertad económica y rechazan ser parte de otro experimento socialista fracasado. La cuestion es si se van a quedar quietos, tolerando la gradual evolución hacia la estatización y la planeación central que no genera sino miseria y corrupción. Opine en



https://bit.ly/colombiasalu

viernes, 30 de septiembre de 2022

La salud que queremos

Son varios los problemas, que no corrige la propuesta que ha puesto en circulación la Ministra Corcho.

El primero es la financiación. Por más que se revise el extenso documento, no aparecen cifras que expliquen siquiera en forma aproximada como se van a dispensar tantas maravillas a 50 millones de ilusionados Colombianos. Muchas EPS del sistema actual desaparecieron o están quebradas por el imbalance entre las obligaciones que les impuso el sistema y los ingresos. Las 8 más grandes tienen una pérdida combinada de medio billón y un patrimonio negativo de 1.5. Los hospitales públicos tienen una cartera perdida de 0.6 billones y todo el sistema acumula unos 15 billones. Por más malos manejos que puedan haber ocurrido, estas cifras tan dramáticas simplemente muestran que no había suficiente plata para tanto servicio. El gasto per capita en Salud sigue estando por debajo de los mil dolares. Portugal 3000, Canada 5000, USA 17000. Seguiremos con el rosario de deseos desconectados de la realidad.

Le sigue la corrupción. No la obvia de unos directivos con sueldos y prebendas absurdas, sino la que hace funcionar el sistema. Todo se maneja con grandes contratos cuya asignación está en manos de pocos. Coima por el contrato y luego coima para que paguen es la ley de quienes han aprendido a nadar es sus turbias aguas. La centralización de todo un territorio en un solo gerente anticipa contratos más grandes con tajadas más sustanciosas.

El tercero es la libre elección. Bellamente estipulada en los principios de la ley 100 y el nuevo proyecto, para desaparecer en una maraña de artículos y parágrafos que la terminan aplastando junto con la autonomía medica Queda en manos de los pocos que manejaran los recursos. Si a los enfermos se les da de verdad la libertad de escoger quien los trate, se acaban la gran fuente que abona la corrupción.

El cuarto es la complejidad. Cientos de páginas, artículos y parágrafos, definiendo decenas de comités, juntas, normas, auditores, controles, que no se van a aplicar y que van a desviar una sustanciosa porción de los recursos hacia la burocracia que no se usarán para prestación de servicios.

El quinto es la competencia. Solo con un sistema de libre elección real, se da la competencia, único camino a la calidad y reducción de precios. Perdura quien da la mejor atención al menor precio. A las EPS se le cambia el nombre por Red de Prestadores, agregando un intermediario mas y manteniendo tarifas cerradas lo que va a perpetuar el perverso estímulo para reducir la calidad y oportunidad. Si el prestador del estado, que recibe subsidio, es capaz de dar un servicio adecuado, su costo define el valor que el sistema le paga al privado que el paciente escoja, permitiéndole cubrir la diferencia cuando la hay.

Como en el resto de las actividades económicas, la libre competencia elimina la necesidad de tantos controles y normas, que nunca logran lo que prometen. Un sistema que corrija al menos estos 5 temas, tiene posibilidad de convertirse en una solución realista que mejore en forma gradual el nivel de salud de los colombianos. Quienes compartan esta visión, la deben defender. https://bit.ly/colombiasalud

jueves, 22 de septiembre de 2022

Absolutismo

La falacia absolutista del todo o nada se rebela con pose intelectual. Según esta “nueva doctrina”, tan vieja como la filosofía política, si no se logra la totalidad del objetivo en cualquier emprendimiento humano, no se ha logrado nada, y hay que desistir en el empeño.

Así nos presentan la guerra contra el crimen y el narcotráfico. Como no se ha logrado erradicar, como sigue siendo exitosa la producción y exportación y toda la criminalidad que de allí se genera, eso quiere decir que hemos perdido la guerra y debemos cambiar de estrategia, legalizando todas las drogas, y arrodillarnos ante los más temibles hampones. Desconociendo que las drogas son peligrosas por la facilidad con que producen adicción, nos entregarán una generación de jóvenes con cerebros quemados por la libertad para consumir.

Como no hemos podido acabar con la guerrilla y demas hampones con disfraz politico, eso quiere decir que ha sido una guerra inútil. Tenemos que cambiar y dejar de combatir a los criminales en la esperanza que asi se volverán buenitos. Con esa estrategia nos están entregando una sociedad cada vez más violenta, con cada vez más robos, homicidios, atracos, bombas a policías y restricciones a la sociedad civil.

Como no hemos logrado las metas en la emision de gases invernadero, eso quiere decir que perdimos la batalla climatica y la solucion es cambiar para acabar con el capital (Si “das Kapital” es el responsable de las inundaciones), porque ese enorme defecto de la humanidad de querer prosperar y vivir cada vez mas y en mejores condiciones, nos ha trazado el camino del suicidio colectivo. La solución es una dirección central que defina cuánta energía debemos consumir, como lo hace China, que sigue siendo el peor contaminante del mundo y el que menos ha implementado los acuerdos de París. Con resignación, podremos comenzar a contribuir con cortes de energía y escasez de gasolina y gas.

Como no hemos logrado acabar con el hambre, eso quiere decir que nuestra infraestructura de producción de alimentos fracasó y debemos cambiarla por una muy bien planeada agricultura minifundista de mujeres, que con su saber “ancestral” nos colmarán nuestras predefinidas y bien calculadas necesidades. Avanzaremos triunfalmente, con tan novedosa estrategia, hacia la escasez, las tarjetas de racionamiento y la multiplicación de quienes no tendrán lo esencial para sobrevivir.

Solo falta declarar el fracaso de los antibióticos, porque todavía hay bacterias que resisten. Los mandaremos a incinerar, junto con las drogas para el cáncer, la diabetes, la hipertensión, y tantas otras en las que no hemos podido ganarle la guerra a la enfermedad.

El absolutismo además de ser una falacia que se debe develar, está basado en información falsa y sesgada. Nunca antes en la historia de la humanidad hubo menos muertes violentas, que ahora. Muere mucha más gente de suicido que de homicidio. Nunca antes hubo menos hambre. Mueren más por obesidad que por desnutrición. Han ocurrido grandes avances en el control de gases invernadero. aún insuficientes pero se puede tener la certeza que es la innovación de la libertad económica, la que va a lograr las metas, sin condenar al atraso a la mitad de la humanidad.

domingo, 18 de septiembre de 2022

Realeza presidencial

Que la democracia es un sistema muy imperfecto de gobierno y lleno de defectos, lo sabemos todos. Pero también somos muy conscientes que es el “menos pior”.

Los regímenes parlamentarios desesperan con sus interminables debates y sus gobiernos inestables, que terminan estancando el progreso del país. Suelen resolver poco y avanzan a paso de tortuga.

Los regímenes presidenciales tejen también su colcha de defectos. Uno de los que más se luce, es la concentración de poder en los presidentes. Hay que entender que quienes redactaron las primeras constituciones venían de vivir en reinados por lo que debió ser difícil no inventar otro reyecito, al que todos deben lealtad y deben seguir con devoción.

Nos enseñan que las democracias tienen una serie de chequeos y contrabalanceos que impiden el abuso del poder. La esencia está en la división de los 3 poderes, que son 4 si incluimos la prensa.

Pero un presidente puede tomar decisiones que invalidan el invariablemente largo y lento trabajo del poder judicial. Y puede incluso acallar prensa opositora o crítica con una gran variedad de recursos que se suelen usar los más aventajados en el arte de la satrapía.

Vemos como un presidente de Estados Unidos, perdona criminales de todos los calibres, aun si han sido condenados por asuntos que lo comprometen. Vemos como un “presidente” de Nicaragua o Venezuela, encarcela periodistas, cierra periódicos, nombra magistrados, define el poder electoral, entre otras gracias. Vemos aquí como un Presidente tiene la facultad de pasarse por la faja años de investigación, aporte de pruebas, juicios con fiscales y jueces que han arriesgado su vida, y han llegado a expedir órdenes de captura a temibles criminales. Vemos como se usa la abultada chequera del estado en un aberrante y fullero proceso de “alineación” de congresistas.

Nos burlamos de los Europeos con sus anacrónicos reinados, que en realidad son usados como símbolos de unión, y para aliviar a los mandatarios que trabajan, de las dispendiosas formalidades protocolarias. La pompa y fanfarria refuerzan las tradiciones y producen fascinación a súbditos y turistas. Además, como ha quedado demostrado con la respetada y longeva Reina, le dan estabilidad, continuidad y orgullo al país.

Con todo, han sido mucho mejores para impedir la concentración del poder en una sola persona. La verdad es que por estos trópicos, resultamos ser más anacrónicos con presidentes llenos de poderes omnímodos a quienes solo les falta la corona. (Excepto a Castillo).

Tanta crítica y descontento con el vapuleado “sistema” y no logramos ni acercarnos a criticar el abuso de poder, el lujo, los excesos, los palacios y festejos, las caravanas y aviones o los asesores, hasta para la movilidad de las caderas. Si algún avance quisiéramos hacerle a nuestras democracias, debería ser restarle poder a esa figura tan heredada de las monarquías. ¿Algún utópico día lograremos la madurez de Suiza, donde es difícil saber cómo se llama el Presidente? Cambia cada año, y los ministros andan en metro como cualquier hijo de vecino. O terminaremos con un Reyecito entronizado, con disfraz de presidente, siguiendo el ejemplo de tan admirados vecinos.

viernes, 9 de septiembre de 2022

Despacito

“Pasito a pasito, suave suavecito”, debería ser la canción del régimen. Un lento crecimiento del Estado Benefactor sin acabar con la vasta tornillería empresarial que mueve la maquinaria económica. Hay que aspirar a que se aprenda la lección que acaba de dar Chile.

Cuando la mitad del país apoya una propuesta de campaña, eso no implica que todos estén de acuerdo con todo. Ese es precisamente uno de los enredos de la democracia, que tanto la desacreditan. El candidato logra armar y vender todo un paquete lleno golosinas que el votante apoya emocionado, sin caer en cuenta que puede haber varias que no le gustan. Así, muchos terminan frustrados y desilusionados al ver que el elegido no hace todo lo que estaba en su encantada imaginación y se terminan juntando con los que votaron para el otro lado. Rapidito se embolata el apoyo mayoritario.

La fantasía de una sociedad más equilibrada, llena de oportunidades para todos, avanzando en paz hacia un desarrollo sostenible en armonía con la naturaleza, se comienza a desdibujar.

Aparecen muchos temerosos que miran el futuro con incertidumbre. El miedo no es inventado ni es una ficción paranoica de unos cuantos, que temen perder sus privilegios. Es una auténtica y bien fundada preocupación por el destino del país basada en la correlación que hay entre las medidas anunciadas con los desastres que han ocurrido en todos los que las han aplicado.

Está muy probado que la excesiva tributación, la regulación de la economía por el Estado, la relativización de la propiedad privada, la generalización de subsidios y beneficios, llevan al aumento de la pobreza y a una inflación incontrolable y desbordada.

Todos entendemos lo que le está pasando al planeta y queremos atención urgente al medio ambiente. Pero si Colombia reduce la explotación de petróleo y carbón, el estado recibe un golpe a sus arcas que lo llevará a disminuir recursos y nos devolverá años en capacidad de asistencia social.

Todos hemos sufrido por la inseguridad. Pero si la solución es debilitar las fuerzas del orden y pactar con el hampa organizada, nuestra cruenta historia de violencia parecerá un juego de niños.

Todos padecemos un sistema de Salud defectuoso, pero en términos generales ha representado un gran avance con relación al pasado, o a varios vecinos. Una reforma agresiva que le entregue todo el poder al estado y elimine las fuerzas del mercado de servicios médicos, tiene el potencial de crear un gigantesco monstruo burocrático, ineficiente y corrupto.




La lista de barbaridades y chambonadas es tan larga como la de Ministerios y entidades estatales que Petro reconoció desconocía.

Así como la oposición a Duque pudo armar una fábula apocalíptica, que tantos medios hambrientos de pauta oficial, amplificaron sin pudor, hay que estar muy atentos a registrar la realidad y hacerla conocer.

Si no se hace así, podemos pasar de una gran clase media viviendo razonablemente bien (sabroso?) pero con un espantoso relato de país, a una realidad miserable envuelta en floridas estadísticas oficiales.



Todas las angustias se deben canalizar a ejercer esa cuidadosa monitoria y así evitar pasito a pasito, suave suavecito, la progresiva pauperización.

miércoles, 31 de agosto de 2022

Gas hilarante

El discurso de Presidente y Ministros deja la impresión que han sido sometidos a repetidas dosis de gas hilarante. Y si no es así, nos lo van a tener que formular a todos para poder sintonizar con los conceptos que se lanzan al contaminado aire.

Primera dosis: “Se acabará la era de extracción de gas”
De los combustibles fósiles, es precisamente el gas natural el que menos contribuye al efecto invernadero. Algunos han sugerido que, en transporte, puede ser incluso menos contaminante que los eléctricos. Por eso los americanos y europeos vienen migrando a esa fuente de energía. Así que envolverse en la bandera de la Pachamama para prometer que la explotación de gas se debe parar, no solo es absurdo sino que desnuda una ignorancia sublime. Porque en todo caso lo que contribuye al efecto invernadero, es consumir el gas. Si quisiéramos hacer algo por el querido planeta, tendríamos que consumir menos. Pero es que hacemos mucho menos daño consumiendo más, porque entonces vamos a usar menos carbón y menos petróleo, que son mucho más contaminantes. La única e indiscutible contribución que se hace parando la extracción, es a la pobreza. Y el círculo se completa cuando se afirma que en caso necesario, ahí está Venezuela. (Que, como todos saben, está en otro planeta)

Segunda dosis: “Es prioritario aumentar la productividad del campo y convertirnos en un país industrial a donde se llega solo con una reforma agraria”
Inhalamos y el revoltijo se entiende: al democratizar la tierra, se materializa por decreto el conocimiento, capital, insumos, maquinaria necesarios para una eficiente producción. Demostrado que funciona, se decreta también la Industria. Como el compromiso con la naturaleza es innegociable, la estrategia tiene que ser producir alimentos y fabricar cosas, que representan el 19% y 31% respectivamente del daño a la atmósfera. Con esas dos estrategias salvadoras tenemos la mitad de la fórmula para acabar con Pachamama. ¿Entendido?

Tercera dosis “La economía de libre mercado es la responsable del fin de la humanidad”
Porque ha llevado la pobreza del 90% hace 200 años al 10% hoy. Toda esa gente pretendiendo comer, trabajar, tener vivienda y pasear, es la responsable del desastre, con su desmesurado consumo de energía. Si el comunismo hubiese sido el vencedor de la guerra fría, habríamos conservado la dignidad y la pobreza, con una atmósfera limpia.

Cuarta: “la guerra de Ucrania fue por un tubo de gas” Cuando todos habíamos entendido que Europa quiso cerrar el tubo como mecanismo de presión dirigido a parar la guerra. Nueva inhalación y logramos confundir la aclaración.El desastre climático lo enfrentamos con innovación basada en información seria y coherente. Del subdesarrollo salimos con claridad conceptual e ideas. Circulan confusos deseos, cuando lo que requerimos, por ejemplo, es que circule un carrito eléctrico (o a gas) liviano fabricado enteramente en Colombia. Podría contribuir algo a reducir el 16% del efecto invernadero que representa el transporte y mejorar nuestra balanza comercial, generando miles de empleos. Lástima, el gas hilarante no da para tanto. El óxido nitroso es uno de los gases invernadero y no hay que abusar.

domingo, 28 de agosto de 2022

Confianza



No se le puede pedir a la mitad del rebaño que siga caminando alegremente hacia el abismo, solo porque la otra mitad se creyó el cuento que iban a volar. A menos que se demuestre en forma gradual y ordenada, que efectivamente salen volando en sus cometas asignadas por el estado.
Especialmente si la mitad más escéptica es la dueña y generadora de riqueza. El patriotismo y la confianza no se fabrican con discursos melosos.
Si se comienzan a tomar medidas que han llevado a otros a inflación y devaluación, no se puede esperar que la gente siga confiando en nuestros folclóricos papelitos multicolores y no prefiera unos sobrios y verdes.
Si el ahorcamiento tributario lleva a comprometer la viabilidad de empresas que producen, comercializan o prestan servicios, no se puede esperar que quienes tengan el capital y el conocimiento, no se lo quieran llevar a pastos más libres.
Si se golpean los ingresos de la clase media (“ricos”), no se puede esperar que la inteligencia y el talento no se vaya a buscar una compensación más ajustada a su formación y capacidad de trabajo.
Si el riesgo de ser robado, asesinado, secuestrado vuelve a las oscuras épocas que los jóvenes no conocieron y no han querido estudiar, no se puede culpar a quienes quieran sobrevivir en el exilio.
Colombia lleva 20 años mejorando todos los índices, gracias a confianza creciente, que ahora está sufriendo un duro bajón.
Si el gobierno no entiende la importancia de diseminar confianza, va a ser muy difícil aplicar todos los bienintencionados planes.Tendrá dos caminos: estigmatizar, perseguir, insultar a los que han perdido la confianza, a la manera de los “gusanos” de Fidel, expandiendo aún más el drama, o tomar firmes correctivos en el discurso, probando con hechos, que no hay razón para mirar horizontes lejanos. Un discurso moderado con reformas que nos conviertan gradualmente en una socialdemocracia estilo europeo que siga ejemplos reales y visibles como Costa Rica y Uruguay. Eso fue lo que votaron quienes pedían cambio y lo anhelan con ahínco pero están sintiendo la incomodidad progresiva.
Los llamados a la calma y a “dar una oportunidad”, tienen que ser coherentes con los hechos. La barrida de la cúpula y desplante a los militares, la tolerancia con bloqueos e invasiones que comienzan a aparecer por doquier, las agresivas declaraciones de algunos ministros, y el desconcertante discurso ante la ANDI, lleno de confusiones, contradicciones, desinformacion preocupante, demostrando claramente una inclinación hacia el socialismo radical, “basado en hechos y no en ideologías”, van mostrando claramente un camino que crispa cada vez más a los gestores del sector privado y a quienes creen en la libertad económica como la herramienta más poderosa para diseminar prosperidad.
Si estos primeros pasos son un indicio de lo que va a ocurrir, se profundiza el temor de que el llamado a “construir país entre todos”, no fuese sino una ficción distractora que pudiese retrasar la velocidad de quienes reaccionan con temor. Hay que saber que el engaño funciona muy bien en campaña de oposición, pero cuando se tiene la responsabilidad de un país, la realidad no se puede tapar todo el tiempo a todo el mundo.

domingo, 21 de agosto de 2022

El celular de Carreño

Carreño escribió hace 169 años un completo manual de comportamiento en sociedad. Su lectura y diseminación contribuyeron sin duda a la convivencia, aunque hoy se considera anticuado y hasta cursi. Hace algún tiempo era fácil reconocer a una persona “bien educada”. Pero llegó el celular, y como no vino acompañado de un manual de uso, resultó que en el campo del respeto a los demás, ha florecido la descortesía con visos de patanería, aun en lo más refinado de la crema. La sociedad fue atropellada por la tecnología, y la escasez de sentido común ha impedido una urbanidad digital.

¿A quién no le ha tocado sufrir al erudito conversador que habla a gritos en un celular que sostiene como pizza a punto de ser devorada? ¿Quién no ha padecido en los lugares más inapropiados, ruidosos videos de algún sonreído y ensimismado personaje?

¿Quien no se ha visto atormentado por escandalosos “ringtones”, que interrumpen cualquier actividad, mientras el dueño del ruidajo no se da por enterado o la dama busca desesperadamente la fuente en su cartera? Quién no ha sido atropellado por la indelicadeza de ser interrumpido en la mitad de una conversación, mientras el fresco interlocutor le explica a un aparato porqué no puede atender la llamada que ya atendió?

El diligente Carreño no logra paz en su tumba porque los atropellos a la decencia ocurren por igual en cementerios, iglesias, consultorios, reuniones, aviones, buses, salas de espera… allí donde pueda entrar un humano con su dichoso apéndice, se abre una oportunidad para irrespetar y molestar a los demás. Y como nadie ha definido elementales normas de comportamiento, los autores de los desafueros ni siquiera se dan por enterados.

¿Por qué hay que contestar toda llamada al instante como si se tratase de un asunto de vida o muerte? Es difícil creer que alguien no sepa que hay un registro de llamadas, que facilita contestarlas en el momento apropiado, o hace innecesario obsesionarse con la llamadera repetitiva. Parece increíble que existan los que no saben de un botoncito para bajar el volumen y otro para silenciar e inclusive otro con la atrevidísima e impensable función de apagar.

Con la venia invisible de Carreño y con la autoridad que da el haber leído su manual de urbanidad, he lanzado al mundo una guía de cortesía digital que he llamado El Celular de Carreño. Allí, el interesado encontrará recomendaciones como la sencilla práctica de usar el vibrador, de contestar llamadas con mensajes, de pararse discretamente a un sitio apartado, si es verdad que la llamada es inaplazable, de coger el teléfono como se ha estilado desde Edison, con el auricular en la oreja y el micrófono en la boca, para no tener que activar sonoros parlantes ni hablar como si se estuviese dando un discurso. Son tantos los desafueros, y tantas las sencillas recomendaciones que no caben en una columna y por eso remito a los interesados a leer bit.ly/celulardecarreño. No tiene el alcance de lo escrito por el ilustre Venezolano, pero podría ayudar a recuperar una cultura en la que se trate a los demás con “benevolencia, atención y respeto”. Como el pase de conducir, su lectura debería ser requisito para activar la SIM.

miércoles, 17 de agosto de 2022

FRATERNITÉ



Desde 1789, cuando los partidarios de la igualdad se sentaron a la izquierda y los defensores de la libertad a la derecha, la humanidad no cesa de querer clasificarse en uno de los dos bandos. Previendo los enfrentamientos, los franceses agregaron “fraternité” a las otras dos palabritas de la proclama, suponiendo con candor que evitaría el uso del invento del Dr. Guillotine. Fraternidad es la palabra del momento y hay que esforzarse para que no se quede en tinta. Taparse los oidos ante la patanería que se orquestó en la instalación del Congreso y desconectar las neuronas que nos llevan a percibir contradicción en quien necesita una espada para hablar de paz total.

Pero tal vez lo que mas nos puede ayudar es ubicarnos en el espectro ideológico. Se han hecho muchos test pero creo haber diseñado uno de los mas completos, ya que incorpora 20 variables. (Bit.ly/deizquierdaaderecha)

Quienes asumen el largo esfuerzo de hacerlo suelen descubrir que en algunos temas su pensamiento es de derecha, en otros de izquierda y en muchos de centro. Y comienzan a dudar del cuento de las dos Colombias irreconciliables.

Porque la verdad es que, exceptuando unos pocos desquiciados, todos queremos lo mismo: un país justo y prospero en el que “se viva sabroso”.

La diferencia esta en como lograrlo. Quien cree en la responsabilidad de cada individuo para labrarse su futuro en un ambiente que garantice el libre flujo de bienes y servicios, aceptando las diferencias en las capacidades, clasifica de derecha. Quien piensa que la igualdad es el valor supremo y el estado esta para garantizarla, va quedando a la izquierda.

El liberal entiende la propiedad como una condición de la libertad y sabe que el mercado no es sino un mecanismo de solidaridad espontánea para ofrecer los productos y servicios que se requieren. Cree que ese es el mejor camino para que una comunidad progrese, y reduzca la pobreza. No simplifica las causas de lo malo y confía en que el ser humano libre, reacciona ante la realidad y la mejora gradualmente.

Quien se ubica en la izquierda cree en el estado omnipotente con la responsabilidad de corregir entuertos e injusticias. Su prioridad es la equidad y cree que un estado fuerte, juez y repartidor la puede lograr. Si la realidad contradice su constructo ideológico, la ignora y cree con fe en sus sueños. El afán teórico de equidad está por encima de la desastrosa implementación de todas las regulaciones e intervenciones que la buscan. Tiene siempre la explicación para la injusticia social: el imperialismo, los grupos financieros, las familias poderosas. No admite que las restricciones a la libertad son las que terminan empeorando la inequidad. Así que no le sirve ningún dato. Si vive en una democracia próspera y libre, resaltará todo lo negativo y si vive en una tiranía socialista empobrecida, se apegará a su fe en un futuro mejor, y pedirá persecucion y castigo para los agentes del mal.



Seremos capaces de mirar al otro con ojos fraternos y no insultarlo o agredirlo porque tiene una vision distinta? Ojalá no nos quedemos proclamando deseos desconectados de la realidad, y que la fraternidad nos ayude a encontrar el equilibrio entre igualdad y libertad.

viernes, 5 de agosto de 2022

Culto Histórico

Es muy recomendable para los pesimistas y los negativos leer el maravilloso programa de gobierno del pacto histórico. No se le escapa tema ni problema alguno: desde el financiamiento del estado, la intervención del mercado de la tierra urbana, la minería “ancestral”, los ríos, la educación hasta la democratización del campo, la inflación, los aranceles “inteligentes”, el transporte, el empleo, la cultura, el arte, la producción industrial, los alimentos, el turismo, la transición energética, la seguridad, la salud, las pensiones. Para todo hay un diagnóstico correcto y todo, absolutamente todo, se soluciona con la apropiada intervención del Estado. Un Estado omnipresente, omnipotente, magnánimo, justo, equitativo y hasta amoroso. Tanto que se corre el riesgo de poner celoso a Dios con tan agresiva competencia.

Tan importante es el papel del estado que, mal contada, la palabrita se repite unas 130 veces en el documento. Mientras que otra palabrita, libertad, se consigue escasas 14 veces, varias de ellas para referirse a las cárceles, a la libertad religiosa, a la libertad para protestar y ninguna para la libertad económica.

Para no obnubilarse con el fatalismo, hay que unirse a los millones de entusiastas con el amanecer que se le abre a la república y concentrar las esperanzas en todos los planes planteados, que de cumplirse, transformarán al país en uno próspero, justo y equilibrado. Una “potencia de amor”, ejemplo para el mundo y planetas similares.

Eso si, dependemos del Mesías, de quien ya se rumora, pudo haber bajado de los cielos en un nevado del vecindario, y fue enviado para transformarnos en seres trabajadores, educados, honestos, inteligentes, cooperadores, respetuosos, pero sobretodo con la disciplina y convicción de seguir al pie de la letra el plan maestro que nos fue dado, y que no vayan a considerar ni por un momento, que alli no esta la clave de la felicidad.

El Mesías lo expresó con insuperable convicción en una entrevista reciente. El viene con la paz, justicia social y ambiental, y representa la única y última oportunidad de salvación. Si llega a fracasar, dijo, nos hundiremos en las “tinieblas”.
A los de poca fe: sólo tienen que suscribirse al nuevo culto, y dejarán de ver aves negras. Está todo escrito en el Libro del Estado Todopoderoso y Benefactor y si se sigue con devoción se garantiza el camino de la fortuna. Tenemos la suerte de contar con el Enviado, quien con sus prédicas nos enseñará a seguir el libro al pie de la letra. La fe, nos hará temblar con la tenebrosa advertencia de las tinieblas.

Y podrán unirse a tantos bienaventurados que ya creen, para rezar fervorosamente y pedirle al Supremo que en efecto comparta sus poderes con el Estado y nos haga la excepción por esta única vez, de no llevarnos al estruendoso fracaso que ha ocurrido en todas las latitudes en las que un estado agigantado ha aplastado la libertad. Que aquí no anide la concentración del poder, con sus polluelos de corrupción. Que no emane la inflación insuflando pobreza. Que no emigre la creatividad y el talento dejando huérfano el empleo. Y rogarle con insistencia para que no comparta con el Nuevo Estado la eternidad.

miércoles, 20 de julio de 2022

la Comision y la Verdad

Un tsunami de literatura surgió a raíz del informe de la Comisión de la Verdad. Parece que no la encontró porque han llovido críticas en todos los sentidos y no ha sido posible discernir una conclusión del relato recogido. Un capítulo de la historia Colombiana que ha generado tanto sufrimiento está expuesto a los filtros ideológicos de los responsables, de las víctimas, de quienes han querido contar la historia y quienes la leen.
Me refiero a tres de las conclusiones que los autores del documento han diseminado y que demuestran que la tragedia Colombiana es consecuencia de la cultura de la aceptación y justificación de la violencia
La primera es la anestesia social. ¿Cómo fue posible que hubiese tanto horror y la sociedad no hizo nada? se preguntan. Donde estaba la sociedad, las autoridades civiles y eclesiásticas, los líderes de opinión? y un largo etcétera? El interrogante parece incomprensible. Porque todos los que vivimos esa época lo sabemos muy bien. Todos los que estábamos en contra de la escalada de violencia expresamos con vehemencia nuestro rechazo,mientras trabajamos arduamente para construir país asumiendo múltiples riesgos. Miles, perdieron la vida en el esfuerzo. Algunos por escribir y hablar contra el horror y muchos por ser simples ciudadanos honestos que no huyeron. La gran marcha nacional contra las FARC, de unas dimensiones y una fuerza moral que nunca se había visto ni se ha vuelto a ver, es la prueba para la historia.


El segundo planteamiento, que se recicla con frecuencia desde Samper, es que todos somos responsables. Por acción u omisión, agregan con pontificia solemnidad . Se logra diluir la verdadera responsabilidad en toda la población y terminar absolviendo y bendiciendo a los criminales que torturaron y asesinaron sin compasión. Lo he dicho y creo que lo puedo repetir en voz alta al lado de millones de compatriotas. Yo no soy responsable de violencia alguna. Nunca he atacado a nadie por ningún motivo. Nunca he usado un arma para agredir a nadie. Nunca he justificado o promovido los comportamientos violentos. Siempre he trabajado por la solución pacífica de los conflictos. Nunca he explotado ni abusado a nadie. Siempre he procurado que las personas que me acompañan reciban un trato respetuoso y un ingreso digno.

La tercera es la prueba reina de como esa tan Colombiana cultura, está incrustada en las mentes: “mientras no haya justicia social, no habrá paz”. Y en la medida en que se repite el credo, el país sigue en guerra. No existe el país que haya logrado eliminar las injusticias. Podrán ser menos protuberantes en algunos, siempre que no muestren el horrendo trato que le dan a los inmigrantes.

Claro que indigna que una comunidad tenga personas que no comen, que no tienen techo, que mueren sin atención médica. Pero eso no es, como tantos repiten, “una forma de violencia”. Si los esfuerzos de tantos que trabajan para evitar la tragedia, no son suficientes, eso no le da aval alguno de violencia a quienes creen tener la fórmula para eliminarla. Seguir condicionando la paz a una justicia social que difícilmente será satisfactoria, es perpetuar la guerra y sus hijas predilectas: la pobreza y el hambre.

Liberalismo

Lo que se concibe como liberalismo en el mundo, poco tiene que ver con el revuelto ideológico en que se ha convertido el partido liberal Colombiano y mucho menos con la distorsionada visión de lo que los marxistas del siglo 21 han dado en llamar neoliberalismo.

En su esencia la filosofía liberal consiste en un profundo respeto por los proyectos de vida de los otros condenando cualquier forma de violencia para resolver las diferencias. Difiere sustancialmente con la visión de la sociedad a través de la lucha de clases. Lucha que como lo implica la palabra, siempre será violenta. Esta propuesta ya era obsoleta a finales del siglo 19, con el mismo Marx dudando en sus últimos años de la coherencia y aplicabilidad de sus teorías. Fue gracias a Engels, quien publicó 3 “sequels” que la decadente teoría fructificó y ha alimentado hasta hoy a gran variedad de dinosaurios ideológicos, empecinados en ignorar toda la evidencia que proporcionó el siglo 20. La concepción teórica del manifiesto comunista, no resistió el análisis de los filósofos, sociólogos, y economistas serios desde sus primeros años.Y su aplicación práctica ha sido responsable de los horrores más deleznables que ha padecido la humanidad en los últimos 100 años. Comparable solo con sus hermanas socialistas, el Nazismo y Fascismo.

El liberalismo es la antítesis de las ideologías que establecen un conocimiento terminado. Está en la esencia del error de los socialistas, el creer que tienen el diagnóstico de las sociedades y por tanto pueden aplicar una fórmula, que tienen escrita desde hace más de 150 años.

Contrariando lo que todos sabemos, así sea por intuición, ningún conocimiento está terminado, nadie tiene la última palabra. Esto explica porqué la libertad ha probado ser superior a la tiranía. La dictadura del proletariado ejercida por sus modernos seguidores, quienes se cuidan de usar el término, pero aplican todas sus premisas al pie de la letra, limita la libertad, porque se basa en un plan genial concebido por una camarilla que conoce la solución para todo. Con eso, no solo acaban con el crecimiento económico, porque no entienden que es precisamente con la libertad de lo que llamamos mercado, que el dinero cambia de manos muchas veces y es allí que está la esencia del crecimiento y el progreso.

Además se aplasta la felicidad, que se deriva de la libertad para soñar y proveerse con el esfuerzo propio, un futuro mejor. La iniciativa y las ideas son reemplazadas por una cínica abyección al régimen, única forma de obtener privilegios. Al sustituir la creatividad generadora de riqueza por la lambonería que permite ascender en el escalafón de los parásitos, las sociedades dejan de generar riqueza. El empobrecimiento general cierra el círculo con una camarilla corrupta que se aferra al poder con violencia, como único recurso de mantener sus privilegios.

Visitar los países de Europa oriental proporciona una lección abrumadora. Con qué orgullo hablan de la revolución y de los héroes que los libraron del oprobioso régimen sovietico. La misma palabrita con la que nuestros fogosos y bien armados “revolucionarios” nos pretenden dispensar un “progresismo” que sabemos, será en reversa.

sábado, 9 de julio de 2022

Los que se van

Ante el desconcierto de tantos por el resultado de las elecciones es conveniente revisar angustias y reacciones. Lo más importante, ya lo contestó Uribe con su acostumbrada franqueza: hay que quedarse y trabajar. Si por creer que tenemos un país con buen nivel de desarrollo y gran potencial, se perdieron las elecciones, resulta muy contradictorio entrar en pánico y salir corriendo. El país es de todos y si un 25% ha decidido apoyar una visión socialista, eso no quiere decir que ya estamos perdidos en el CastroChavismo.

Hay que saber que las socialdemocracias de muchos países desarrollados han logrado un nivel de bienestar alto aunque no escapan a la ley de los vasos comunicantes sociales y deben lidiar con la pobreza de los inmigrantes.
Por eso hay que apropiarse del derecho y deber que nos asiste como Colombianos: trabajar para genera riqueza y contrarrestar con vehemencia todas las medidas que inhiban la libertad económica.
Cuánta asistencia da el Estado para salud, educación, alimentación o vivienda, es algo que puede debatirse. Bienvenidas todas las medidas que contribuyan de verdad a mejorar oportunidades para los desposeídos o a reducir los niveles de pobreza.

Hay que trabajar para asegurarse que los improbables nuevos recursos no terminen construyendo mansiones y comprando yates para la nueva clase del cambio. Hay que hacer un trabajo serio que demuestre que lograr avances sociales a través de emisión de moneda, genera inflación que termina esquilmando a los más pobres. Es esencial trabajar para que los recursos públicos sean manejados con transparencia y honestidad, usando las múltiples herramientas digitales que han demostrado éxito en otras partes. Dar ejemplo al disentir pacíficamente con las políticas diseñadas para mejorar la imagen del Presidente, si la realidad muestra que el nivel de vida está empeorando.
Hace unos meses hice una predicción de lo que podrían ser los próximos 4 años y que el interesado puede ver en bit.ly/visionesnostrademos

Hasta ahora se va cumpliendo al pie de la letra. El presidente electo ha elegido un lenguaje conciliador y ha tranquilizado a los empresarios y los mercados y posiblemente disminuya la longitud de las colas para visaUSA que ya están a un año. Es razonable que haya tantos que quieran tener un plan B por si el guión del foro de Sao Paulo se comienza a aplicar.

Nada sería tan reconfortante como aceptar, con el paso de los meses, que el burlesco panfleto (pdf que llaman) con mis predicciones estaba equivocado. Que la moderación que estamos viendo no resulte ser una habilidosa maniobra de un maquiavelo consumado, orientada a bajar la guardia para dar el zarpazo con el público anestesiado. Que el temor de un tirano envuelto en capas de democracia, tolerancia y unidad era en realidad paranoia grupal. Que el pausado estadista llamando a los capaces a cooperar no se convierta en el déspota que encarcela, exilia, concentra el poder y acaba lenta y hábilmente con los contrapesos de la democracia. Que el dirigente respetuoso de las instituciones no termine corrompiendo el ejército, cerrando el congreso y persiguiendo a los medios. Trabajar para que nada de esto ocurra implica desempacar.

lunes, 4 de julio de 2022

Medir la mentira

La mentira es uno de los recursos mas valiosos para quien progresa en política. Las democracias que promueven la libertad de prensa y libre expresión, son las mejor capacitadas para pillar a los mentirosos y mantener el relato más parecido a la verdad.

Si se agrega el concepto de la relatividad de la verdad, que “todo es según el color del cristal con que se mira”, y que los hechos pasan por el filtro de prejuicios, los intereses y la ideología, no resulta simple resolver lo que es digerible como verdad y lo que termina en el cesto de las chapuzas. Por eso, es muy raro ver oportunidades en las que se puedan medir las mentiras y reducirlas a números sujetos a sencillas cálculos matemáticos.

La pandemia logró desacomodar al mundo pero nos ha proporcionado una oportunidad única para detectar la capacidad de fraude de los gobiernos, cuando publican sus cifras.

Frank Benford descubrió hace 80 años que toda serie numérica sigue un patrón que determina la frecuencia del primer número siendo decreciente con el aumento del dígito. El 1 es el más alto y el 9 el más bajo y la distribución sigue una curva y fórmula predecibles.

Lo interesante es que encontró que la distribución se daba siempre y cuando la serie fuese espontánea. La Ley de Benford o de los números anormales se ha usado extensamente para detectar fraudes fiscales, electorales, contables y científicos y se considera un herramienta válida en el análisis de cualquier serie de números. Si sigue la Ley de Benford, los números corresponden a la realidad. Si se aleja, son manipulados.

Todos los gobiernos han reportado las cifras de infectados, recuperados y muertos. Si a esas cifras se les aplica la ley, es posible definir la capacidad del país para generar datos creíbles, no sólo en pandemia sino en todas las estadísticas oficiales. Este “numero de la verdad” permite cuantificar los mentirosos. Entre más se acerque al 0, más verdad. Entre más grande, más mentiroso. Las democracias occidentales de Europa y América se mueven entre 0.6 (USA) y 1.6 (Francia), con un promedio de 1.1. Las autocracias disfrazadas como Rusia, Turquía e Irán entre 1.75 y 2.42 con un promedio de 2. Y los impulsores del socialismo de la fallida América Latina se mueven entre 2.42 (Cuba) y 3.9 (Venezuela), para un promedio de 3.2.

El populismo, tan silvestre en nuestra región, consiste en armar un tinglado de mentiras, que crean la ilusión en incautos votantes de un futuro florido y lleno de dicha. Para que no despierten muy rápido y todos a la vez del fantasioso sueño cuando se va convirtiendo en pesadilla, es necesario seguir usando, ya con el poder del estado, la capacidad para engatusar con cifras embusteras.

El virus nos ha proporcionado una inesperada oportunidad para objetivizar las mentiras y hacer matemáticas con el engaño. ¿Cuál ha sido el número de Colombia? 1.3, ubicándola muy cerca de las democracias occidentales confiables. Quienes han construido su realidad guiados por los paladines de la patraña, tendrán oportunidad de comparar si el nuevo reino de la falsedad les mejora las noticias o la vida. Está por verse cuánto se demoran en medir la diferencia.

Corruptible

El libro de Brian Klaas, quien ha estudiado un fenómeno que es mundial, da elementos claves para entender sus orígenes y modus operandi. Plantea múltiples acciones efectivas, ninguna de las cuales consiste en confiar en el mesianismo presidencial. Lleva a entender que la corrupción es culebra de muchas cabezas y reducirla implica trabajar en varios frentes.

Sus datos y análisis demuestran que el poder corrompe. Entre más concentración y duración de poder, más posibilidad de generar corrupción. Es una de las razones por las que las democracias exitosas, cambian el liderazgo y explica el porqué de la creciente cosecha de tiranos criollos, buscando eternizar su cleptocracia en el poder. Por eso resulta muy pertinente estudiar las contradicciones del momento actual. Siendo que la corrupción es el eje central de las preocupaciones, ahora resulta que vamos a aumentar el aparato estatal, recurso infalible para inflarla.

Demuestra también Klaas que cuando un sistema es corrupto, atrae a los más propensos a engañar y hacer trampas. Opera un filtro negativo,como acaba de probarse con las joyas que van a acceder al poder. En la medida en que la gente honesta no se mete en política, porque es una porqueria, son los deshonestos, los que más se estimulan a tratar de darle un mordisco al pastel oficial.

Pero tal vez lo más desconcertante es cómo subyuga el liderazgo de los corruptos. Porque aquí, y en casi todas partes, son elegidos, al menos la primera vez. Por votar por quienes encantan con un discurso y no hacer un trabajo serio de análisis, estudiando con responsabilidad las propuestas y evaluando sus realizaciones anteriores. Un mal liderazgo en ciudades, departamentos o países puede ser el factor más determinante del futuro, y sin embargo se toman decisiones de voto con una superficialidad pasmosa. Se vota por promesas porque son cantadas con entusiasmo lírico o no se vota, entregando toda la capacidad decisoria a una cuarta parte del electorado.

Otro componente importante es el diseño del sistema. Cuando lleva mucho tiempo, como en casi todas las democracias, han tenido los más torcidos la capacidad de ir armando una estructura en la que solo ellos prosperan. El honesto que gana una elección, se enreda en una maraña de normas, costumbres y trampas que no logra entender, y termina asfixiado por el complejo mundillo de expertos que se saben todos los trucos para robar y no dejar huella legalmente válida. El incauto elegido ve con desesperación cómo se restringe en forma creciente su campo de acción. Sus buenas intenciones se enredan en una pegajosa telaraña que lo inmoviliza, y sus proyectos quedan sepultados por un alud de procesos legales.

La perversión está tan instalada y aceptada, que se ha recibido nombre de ingenio: maquinaria. Quien nada con agilidad en el pantano, entiende que el rol central de un elegido, es usar los recursos de todos, para adueñarse de puestos que tienen que “rentar” los votos que lo vuelvan a elegir. Esta “técnica” usada con perversa habilidad, como se demostró en la Alcaldía de Bogotá, resulta un eficaz multiplicador, y gracias al hechizo de la prédica, no se reconoce como corrupción. Lleva al empoderamiento de los corruptos.

jueves, 16 de junio de 2022

El Cambio

Si hay una palabra que resuena en las campañas políticas a ambos lados de los Andes es CAMBIO. Aunque todos la usan, se ha convertido en la bandera principal de quienes hablan de cambio de sistema. Cambio, cambio!!! gritan desesperados, sin elaborar mucho qué significa ni donde lleva el cambio. Muy pocos de los entusiasmados caen en cuenta que uno puede cambiar, pero para empeorar. Los votantes de Chile y Perú ya están arrepentidos. Han logrado cambiar, sin duda y están mucho peor.

Se logra que la palabrita cale en las mentes insuflando mentiras de un presente desastroso. Todos tienen que creer que estamos tan mal, que el cambio no puede ser sino para mejor, cuando son muchos los ejemplos de electores desinformados que han optado por el cambio que los lleva a perder lo poco bueno que tenían.

La extensa información objetiva que nos demuestra que Colombia está saliendo del tercer mundo, se puede revisar en bit.ly/mentirascolombia . Conocer la realidad es esencial para cualquier decisión importante.

Hemos comprobado que las encuestas si muestran las tendencias en las preferencias y preocupaciones. Una de las recientes muestra que los 4 jinetes que trasnochan a los Colombianos son la corrupción, la economía, el empleo y la inseguridad.

¿Cambiará la corrupción? Si, no hay duda. En la medida en que el gobierno comience a repartir subsidios y ayudas para asegurarse el respaldo popular, aparecerán los grandes negociados en los será muy difícil encontrar la tajada. Un puente se hace con coima o sin ella, pero allí queda. Una repartición de mercados o subsidios se diluye en miles. En el país de los honestos, el FBI ha encontrado, que sólo en subsidios de COVID, se embolataron 400 billones (US). Un poco más del presupuesto de Colombia.

¿Cambiará la economía? Por supuesto. Con el plan de subir impuestos a las empresas, aumentar el gasto público y emitir moneda, entraremos rapidito en hiperinflación, acabando con ingresos y ahorros de los que algo tienen, con salida neta de capital y talento que lleva al decrecimiento y aumento de la pobreza.

¿Cambiará el desempleo? Sin capital y sin gente y con el desestimulo a la creación de empresas, y la subida súbita del salario mínimo y cambio en las condiciones laborales, entraremos en niveles de desempleo nunca vistos, que solo serán compensados por la emigración masiva. La pregunta es: a dónde se irán los colombianos?, si toda latinoamerica esta en las mismas, la carrera de caravanas al norte la tenemos perdida y Europa esta que nos da un portazo. ¿Querían un cambio en el empleo? Ese va a ser el gran cambio.

¿Cambiará la inseguridad? Seguro que sí. Está demostrado que la tolerancia con el crimen organizado lleva a la diseminación de la violencia a toda la sociedad y a la corrupción de principios y valores haciéndola inviable. La historia reciente de Colombia es una de las mejores pruebas, aunque hay muchas regadas por todo el mundo. Sabemos lo que será la política con las bandas criminales. El gran Capo, que tiene vasta experiencia en temas de ataques, secuestros, matanzas y cárcel, sabrá entender las motivaciones y métodos de los criminales y sabrá negociar. Sin duda cambiará la inseguridad, para hacerla mucho peor.


jueves, 9 de junio de 2022

El Dogma de la Redencion

Muchos no pueden creer que haya tantos engañados. Se desconciertan con la “polarización” de los fanáticos seguidores del dogma de la salvación. Sea porque llevan una vida triste o porque los han convencido que el país está en una condición miserable, todos los afectados de la peste pesimista, desean con especial intensidad que venga el Salvador que todo lo arreglará. Que la educación es importante. Nos la dará de la mejor calidad y gratuita para todos. Que la Salud es un derecho. Nos dará acceso a los mejores hospitales y médicos, gratuito y para todos, sin exclusión alguna. Necesitamos comida: el campo florecerá y nos llenará de productos gracias a la nueva distribución de la tierra con los créditos y educación que el magnánimo gobierno le dará a todo el que quiera trabajar. Que hay pocos ricos y muchos pobres. Con la “democratización” de la riqueza, problema solucionado. Que hay que impulsar la economía. No es sino que el Mesías impulse la capacidad de trabajo y el talento de nuestra gente. Que el mundo se está acabando por la energía fósil. La reemplazamos gradualmente por hélices que brotarán en nuestras montañas y paneles que cubrirán nuestras praderas.

No hay campo para la discusión o el análisis racional. Basta con creer, con ponerle fe al asunto. Basta el profundo deseo, firmemente incrustado en la psiquis de muchos, y la presencia del redentor quien dispensara abundancia y cumplirá los anhelos. Por fin, hay luz al final del oscuro túnel de esta saqueada República. Por fin se acabarán con los pillos, los que siempre se han quedado con la mejor parte del pastel. Por fin habrá pan y miel para todos.

No se está engañando a nadie. Simplemente les están dispensando lo que quieren oír. Quieren creer con fervorosa convicción que toda esa belleza es posible. El Ungido habla con firmeza y promete que todo va a cambiar y nos convertiremos, con un golpe de urnas, en un país rico, justo y próspero.

¿Por qué asombra la vigencia y vitalidad de la demagogia promesera? Si la educación ha estado caracterizada por una forma de pensar similar, proporcionada por la Religión. Si se tiene Fe y se cree en la salvación, no se requiere evidencia racional, no hay ninguna consideración de lo que es posible o realizable. Con Fe todo se puede.

No debe extrañar que una sociedad que involucra en la vida diaria la intervención mágica-divina, quiera creer que llegó el redentor que va a solucionar todos los problemas. Todo ese emocionado 40% que vota con devoción, ha depositado su fe en la llegada de la salvación con el pronto alivio de todo infernal sufrimiento. La discusión racional con hechos y datos, que demuestran cómo la planeada receta ha sido un fracaso en todas partes, no tiene ninguna relevancia. Los dogmas han sido decretados y hay que creer en ellos.

Cuando la intervención divina falla y no aparece la solución a las terrenales cuitas, los creyentes aceptan que Dios actúa en forma misteriosa. Hay que esperar que los modernos cruzados del socialismo acepten que Rodolfo les pinche su globo de ilusiones y sean capaces de trabajar en paz cuando aterricen en esta verde y potencialmente próspera esquina del mundo que llamamos Colombia.

jueves, 2 de junio de 2022

El turbante de oro

Si hay algo que produce indignación universal, es conocer los datos de corrupción a través de recurrentes escándalos, porque representan el robo de recursos destinados al bien común que golpea sobre todo a los más humildes. Candidato que se envuelva en la bandera anticorrupción, gana.

¿Por qué sigue tan diseminada, a pesar de toda la revulsión social que produce? ¿Por qué lo que se ha hecho hasta ahora ha servido tan poco?

Una explicación está en comprobar que la reacción usual, sigue los lamentos del himno. Cuando se revela un nuevo robo, se derraman entre cadenas los gemidos, y surcados por dolores, no hay mejor recurso que salir a la calle a crear una horrible noche y bañar en sangre a unos pobres soldados sin coraza.

Otra, es la muy pueblerina visión que nos corona como campeones y dueños casi exclusivos de las patrañas. Mientras no se entienda a la corrupción como un fenómeno mundial, no será posible aprender iniciativas inteligentes de otros lados y unir fuerzas con los honestos del mundo para ser efectivos.

Es indispensable entender que mientras los honestos duermen, los ladrones se pasean.

Podríamos estudiar a Raymond, quien estima en 60% el robo del presupuesto de Trinidad, y está logrando revertir la tendencia con programas que destapan sistemáticamente la porquería. O a Brooke en Inglaterra, quien presionó para revelar los gastos del Parlamento, logrando inhabilidad para 120 y cárcel para 2. Con Investigative Dashboard, ha centralizado documentos que permiten seguirle la pista a los dineros que solían embolsillar. Similar labor hace Jonsdottir quien logrado blanquear a Islandia​​ con el International Modern Media Institute. O el extraordinario Alaveteli.org, con la metodología que le permite a todo ciudadano interesado en información de su gobierno, atravesar las barreras que envuelven la opaca transparencia. Ya tenemos la versión Colombiana con queremosdatos.co. O expandir la iniciativa India, ipaidabribe.com (yopagueunsoborno) en la que se estimula a registrar el pago de coimas. Van llegando a 200.000 con 500 millones de dólares robados. También se resalta y ayuda a quien no soborna, en conjunto con los funcionarios honrados (existen!!!..van 1106). Mather calcula que la “industria” global de la corrupción vale US 3 trillones (Colombia aporta 0.4%) y pone en práctica un bonito modelo de negocio en el que se gana una pequeña fracción para evitarla.

El mundo está lleno de gente honrada, que está demostrando que si se junta inteligencia, creatividad, coraje y tecnología, la corrupción se combate usando los mismos recursos que pretende esquilmar. Si todo el entusiasmo que se invierte en organizar marchas y protestas y toda la imaginación que se usa para diseminar mentiras y promover violencia, se orienta a aplicar lo que ya está inventado, se podrá lograr un control real. Más, cuando se ve venir una firme Presidencia anticorrupción. Un modesto aporte criollo podría ser la creación del concurso “El turbante de oro”, para entregarlo en solemne ceremonia, al ladrón más aventajado y reconocer la creatividad de una recursiva senadora, quien ha demostrado cómo se mueven los verdes billetes que permiten pactar con la historia.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Pobre Democracia!

Es lastimosa la incomprensión de la democracia que un buen número de Colombianos exhiben con pasión.
En el frente nacional, dos candidatos significaban que la democracia era una pantomima, manipulada por unos pocos, dueños del poder. Ahora hay decenas y eso demuestra que somos un circo, sin seriedad o madurez política. La bruma lagrimosa de los lamentos no deja ver la libertad.

El ejecutivo presentó una ley, el congreso la aprueba y las cortes la tumban. Cómo es posible, que pueda haber un gobierno tan inepto y unos congresistas tan ignorantes de la constitución, claman furibundos,. Se imaginan el estado como una corte de ángeles que bailan al unísono. Las nubes celestiales no permiten ver que son las controversias, las contradicciones, la disímiles interpretaciones de la ley y las normas, precisamente lo que caracteriza a la democracia. Por eso el invento previó que habría desacuerdo en muchos temas y se creó la separación de poderes y un complejo entramado de chequeos y balances, precisamente para tratar de resolver la diversidad de opiniones. Pero aquí estamos tan contaminados por la cultura de la violencia que siempre se asume que la polarización, será conductora irremediable al camino de la guerra, y la destrucción. De hecho, cuando aparecen las demostraciones de barbarie y brutalidad, no faltan los sabios académicos y pensadores que nos explican que se trata de una “situación compleja”, que hay que saber entender, y justificar.

Un contralor destituye a un Alcalde por participar en política y se viene un chaparrón de acusaciones que llegan hasta el golpe de estado. Se calla que el sancionado tiene derecho a defenderse, a argumentar, a conseguir apoyos y revertir la sanción, como ya ha ocurrido. Así genere controversia, si la Justicia opera, eso es suficiente para que los guardianes del imaginado eden, pronostiquen una guerra civil.

Si un fiscal encarcela a un político por corrupción, eso implica para los apóstoles del apocalipsis, que todos son corruptos, y que el país está irremediablemente podrido. No son capaces de ver a través del denso humo de la maledicencia, que las denuncias y condenas demuestran que la democracia funciona y hay poderes independientes.
Aun los más asustados con el socialismo del siglo 21 repiten el guión que tan hábilmente les han servido : vivimos una horrenda dictadura responsable de millones de pobres, no hay elecciones libres y son criminales todos los que están en el poder.
Cada pueblo tiene los líderes que se merece. Si seguimos por el camino de despotricar de nuestra imperfecta democracia, podríamos ser premiados con un amado líder que vuelva realidad la cacareada farsa. Cuando los Colombianos pierdan la libertad y añoren el pasado, no les va a quedar más opción que lamentarse, pero será con mucha discreción.

¡Pobre democracia! Después de ver un desfile de candidatos serios, preparados y capaces, es posible que tengamos que escoger entre un dicharachero personaje monotemático y un narciso violento, quien arropado en marxismo disfrazado de renovación, ya está demostrando con sus denuncias temerarias, como la mentira será su principal arma de gobierno. Prepara su arsenal y no aceptará la derrota.