jueves, 9 de junio de 2022

El Dogma de la Redencion

Muchos no pueden creer que haya tantos engañados. Se desconciertan con la “polarización” de los fanáticos seguidores del dogma de la salvación. Sea porque llevan una vida triste o porque los han convencido que el país está en una condición miserable, todos los afectados de la peste pesimista, desean con especial intensidad que venga el Salvador que todo lo arreglará. Que la educación es importante. Nos la dará de la mejor calidad y gratuita para todos. Que la Salud es un derecho. Nos dará acceso a los mejores hospitales y médicos, gratuito y para todos, sin exclusión alguna. Necesitamos comida: el campo florecerá y nos llenará de productos gracias a la nueva distribución de la tierra con los créditos y educación que el magnánimo gobierno le dará a todo el que quiera trabajar. Que hay pocos ricos y muchos pobres. Con la “democratización” de la riqueza, problema solucionado. Que hay que impulsar la economía. No es sino que el Mesías impulse la capacidad de trabajo y el talento de nuestra gente. Que el mundo se está acabando por la energía fósil. La reemplazamos gradualmente por hélices que brotarán en nuestras montañas y paneles que cubrirán nuestras praderas.

No hay campo para la discusión o el análisis racional. Basta con creer, con ponerle fe al asunto. Basta el profundo deseo, firmemente incrustado en la psiquis de muchos, y la presencia del redentor quien dispensara abundancia y cumplirá los anhelos. Por fin, hay luz al final del oscuro túnel de esta saqueada República. Por fin se acabarán con los pillos, los que siempre se han quedado con la mejor parte del pastel. Por fin habrá pan y miel para todos.

No se está engañando a nadie. Simplemente les están dispensando lo que quieren oír. Quieren creer con fervorosa convicción que toda esa belleza es posible. El Ungido habla con firmeza y promete que todo va a cambiar y nos convertiremos, con un golpe de urnas, en un país rico, justo y próspero.

¿Por qué asombra la vigencia y vitalidad de la demagogia promesera? Si la educación ha estado caracterizada por una forma de pensar similar, proporcionada por la Religión. Si se tiene Fe y se cree en la salvación, no se requiere evidencia racional, no hay ninguna consideración de lo que es posible o realizable. Con Fe todo se puede.

No debe extrañar que una sociedad que involucra en la vida diaria la intervención mágica-divina, quiera creer que llegó el redentor que va a solucionar todos los problemas. Todo ese emocionado 40% que vota con devoción, ha depositado su fe en la llegada de la salvación con el pronto alivio de todo infernal sufrimiento. La discusión racional con hechos y datos, que demuestran cómo la planeada receta ha sido un fracaso en todas partes, no tiene ninguna relevancia. Los dogmas han sido decretados y hay que creer en ellos.

Cuando la intervención divina falla y no aparece la solución a las terrenales cuitas, los creyentes aceptan que Dios actúa en forma misteriosa. Hay que esperar que los modernos cruzados del socialismo acepten que Rodolfo les pinche su globo de ilusiones y sean capaces de trabajar en paz cuando aterricen en esta verde y potencialmente próspera esquina del mundo que llamamos Colombia.