El guión está bien definido y lo pueden consultar los interesados. La esencia está en trabajar en muchos frentes:
- la intelectualidad: pensadores, politólogos y sociólogos están preparados y dispuestos a utilizar su autoridad y capacidad para crear un discurso que confunde y mezcla la inconformidad legítima con la violencia criminal. El hábil uso de las palabras podrá lavar los hechos que de otra manera horrorizan.
-las organizaciones de derechos humanos: están prestas a denunciar toda acción policial como brutalidad. Cualquier exceso o error es magnificado y se convierte en símbolo. Mientras la realidad es la de unos policías que son atacados con violencia y escasamente se defienden, lo que se hace circular en medios es la brutalidad y el exceso de fuerza. Esto lleva a la paralización de la acción policial
-los medios: se van con la noticia que más escándalo haga. Los cientos de vándalos destruyen y agreden a policías y civiles, no van a llamar tanto la atención como la foto del que en su desesperación, se excedió.
-los jóvenes: han marchado toda la vida por todos los motivos. Además están descubriendo su sociedad con todas sus injusticias y son el caldo perfecto para sembrar el pensamiento antisistema. Al ver que la marcha se torna violenta, algunos deciden participar y se convierten en la víctima icónica que va a servir para inflamar a los moderados.
-los desempleados marginalizados: no han recibido educación y no tienen mayores esperanzas. Por una pequeña paga, salen a hacer bloqueos y seguir instrucciones de destrucción. No tienen nada que perder. Están frustrados y sin esperanza y poco les importa que el daño que hacen, les empeore aún más su situación
-los cuadros revolucionarios: son efectivos, trabajadores y están absolutamente convencidos de estar en “el lado correcto de la historia”. Son pocos pero eficientes para magnificar su accionar utilizando a todos los anteriores para la estrategia clásica de la guerrilla, pero en las ciudades: múltiples ataques por grupos pequeños que desconciertan a las autoridades y generan gran sensación de poder con el consiguiente pánico en la población. Son anónimos, y desaparecen tan pronto como han logrado un objetivo.
- los acomodados: todos los que trabajan, sostienen el estado y llevan un nivel de vida aceptable. Consumen el material que les proveen todos los anteriores y arman su propio relato de inconformidad con el Sistema, usando el vocabulario que está servido.
Un sistema lleno de defectos y problemas pero que ha permitido que el país crezca, se desarrolle, disminuya la inequidad, reduzca la pobreza, mejore sus niveles de educación. Un sistema que ha permitido darle alivios a la población más pobre, en medio de la pandemia. Un sistema con corrupción, abusos e inequidad. El momento parece para enfatizar todo lo que no se ha podido, y en vez de concentrarse en la dura labor de construir y organizar, se aplaude con emoción a los que destruyen y queman.
El sistema lo cambia una revolución? Si, y rápido. Se han preguntado cual es el sistema que quieren? Porque el neocomunismo está muy vivo y robusto. Y lo más probable es que si los llevan a ese paraíso, no les va a gustar.
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