sábado, 19 de octubre de 2024

La Ilusión de la información

Desde la transmisión oral, pasando por la invención del papel y la escritura, la imprenta y luego la radio, el telégrafo y la televisión, siempre se tuvo la ilusión que entre más fácil acceso a la información, más nos íbamos a acercar a la verdad.

Nada más lejos de la verdad.

Internet sí que subió las expectativas. Con un pequeño aparato accesible a todo el mundo (hay 8.5 billones de celulares para 8 billones de humanos), al tener disponible toda la información que se ha generado a través de la historia, íbamos a encontrar comunidad de propósitos.
Pero resulta que son las fantasías lo que más fácilmente se ha diseminado a través de la historia y según Harari, es precisamente esa capacidad para inventar historias la que nos ha permitido ser la especie dominante en el planeta. Entre más fantasiosa, más fácil se disemina, lo que permite la colaboración de millones logrando avances, que grupos pequeños no serían nunca capaces de llevar a cabo.

Las cuatro fantasías más efectivas han sido las religiones, las naciones, el dinero y las corporaciones. Son producto de la imaginación y sería imposible hacérselas creer a otra especie. A un inteligente delfín no se lo podría convencer de inmolarse porque va a ir al cielo acuático donde lo esperan 99 delfinas virgenes. A un avispado elefante no se le podría decir que pare su migración porque va a cruzar una frontera. Ningún chimpanzee cambiaría un banano por un billete de 100 dólares. Y ninguna hormiga llevaría hojas a otro hormiguero que pertenezca a la misma corporación.
Pero los humanos si nos creemos esos cuentos y gracias a eso hemos podido cooperar en grandes números y dominar el planeta.
Eso lo saben muy bien quienes logran diseminar historias sencillas que la gente quiere oír aunque nada tengan que ver con la verdad, que es elaborada y difícil de entender. Por eso las mentiras simples y bien empacadas tienen tanto éxito y su diseminación por redes sociales es tan rápida.
El fácil acceso a la información ha sido mucho más efectivo para diseminar mentiras y crear tribus enfrentadas que para conocer la verdad y promover el bienestar.

Hemos logrado acumular gran poder pero no gran sabiduría y si no logramos un equilibrio entre la libertad para acceder a información y la dispendiosa búsqueda de la verdad, tendremos que sufrir cada vez más conflictos.

24193


martes, 15 de octubre de 2024

Empresas sociales

En medio de las críticas que les llueven a libertarios como Milei, hay que rescatar la revalorización de los empresarios. Ha sido muy bien visto por cierta arrogante intelectualidad universal, despotricar de las empresas, sus triunfos, su crecimiento y sobre todo sus dueños. Cuando son muy exitosos, sólo reciben reconocimiento en “lo social” si crean fundaciones que suelen ser mucho más eficientes que el Estado a la hora de ayudar a los necesitados. Se ha logrado distorsionar el lenguaje para que empresario sea sinónimo de avaricia, ambición desmedida y explotación. Por eso vale la pena mirar lo que significa la contabilidad de las empresas. Aunque los datos pueden variar, los siguientes son datos típicos.

El 30% de la facturación se va en nómina, es decir empleo digno y bienestar para la sociedad. Un 40% se va en insumos y proveedores, lo que representa también dinero que se le entrega a la sociedad en forma muy distribuida.Un 20% puede representar, servicios, planta, costos de venta, distribución, mercadeo. En suma, el 90% del dinero que le entra a una empresa recircula y se le devuelve a personas que participan en su actividad. Si le va bien suele dejar un 10% de utilidades de las cuales un 40% van para el Estado, lo que constituye otro aporte solidario a la sociedad.
Así que la empresa típica puede quedar con un 5 o 6% de toda su actividad económica para entregar a quienes han aportado su capital, tomando un riesgo para generar un producto o un servicio.

Mirar estas sencillas cuentas, casi universales, demuestra que la acción más “social” y más compasiva con una comunidad, es favorecer la creación de empresas. Lo que se logra es mover el dinero de manera que una gran parte vuelve a la sociedad que paga por los productos o servicios que se generan.
Como no se ha inventado una forma más eficiente de generar riqueza e ir acabando con la pobreza, los gobiernos que entienden esta sencilla dinámica económica, se dedican a proteger e impulsar a los empresarios de todos los tamaños, conduciendo a sus países a la prosperidad con mejoria dramáticas en la inequidad.
Los que no lo entienden, se dedican a perseguir, regular, acosar y dificultar la vida de los empresarios, logrando que pierdan interés en su comunidad y se lleven su capital, ideas y talento para otro lado. Es la fórmula perfecta para generar pobreza.

24286