domingo, 23 de mayo de 2021

Carta abierta a la minga indigena



Apreciados Compatriotas,

La ciudad y el Valle han estado sitiados por más de 15 días. La infraestructura de transporte público está destruida. Innumerables negocios han sido quemados. La gasolina está muy restringida y por tanto el transporte de personas bienes y servicios es muy limitado. Los enfermos en los hospitales se mueren por falta de insumos. Los niños en los orfanatos y los ancianos, están padeciendo hambre y dificultades. Toda la población está sufriendo en forma indecible con este sitio prolongado. El 41% de las empresas están cerradas, el 86% de la gente no está pudiendo llegar a su trabajo. 6% de los negocios han sido vandalizados. El 8% de las empresas van a cerrar definitivamente. Todo esto solo va a contribuir al sufrimiento de los más necesitados, a aumentar la pobreza y el desempleo.

Mientras tanto, Ustedes, que si tienen su línea de suministros bien establecida, bailan y celebran en los terrenos de la Univalle. ¿Qué celebran?

Es cierto que sus ancestros fueron apabullados y dominados por la Conquista Española. Es cierto que durante siglos padecieron un oprobioso dominio por el resto de la sociedad. Es cierto que su cultura fue despreciada e ignorada. Pero qué tan atrás necesitamos ir en la historia, para resolver nuestros problemas y trabajar juntos como compatriotas? También es cierto que sus ancestros llegaron hace siglos a estas tierras y que muchos tenían costumbres bárbaras y violentas, comparables a las de los conquistadores que los atropellaron.

Los errores del pasado están reconocidos en la Constitución del 91 en cuya redacción Ustedes tuvieron participación. Allí se establecieron unos privilegios para Ustedes que no tienen el resto de los Colombianos. Han recibido tierras y reciben subsidios del Estado en forma regular. No es sino verlos recorrer la ciudad en sus poderosas camionetas blindadas para reconocer que no son los pobres sojuzgados del pasado.

Ustedes manifiestan ser pacíficos y plantean el diálogo civilizado. ¿Cómo reaccionarían si el pueblo de Cali se va a sus tierras, les bloquea la libre circulación, les impide la llegada de alimentos, les limita la atención de los enfermos y les controla su vida? Se sentirían violados y levantarían la voz al estado y la comunidad internacional para buscar protección a sus derechos fundamentales.

¿Quieren paz? Quieren evitar confrontaciones? Regresen a sus tierras. Las tienen amplias y abundantes. Trabajen. Demuestren que están organizados, que su vasta cultura ancestral les sirve para generar bienestar para Ustedes y los demás. Sean ejemplo de organización y civilidad para el resto de los Colombianos. Hagan que nos den envidia y los admiremos, y los queramos visitar. Cuando eso ocurra, estoy seguro que Cali los recibirá con cariño, solos o en minga.

Pero Ustedes no han venido a Cali en son de Paz. Han venido a atropellar nuestros derechos fundamentales, a la libre movilización, a trabajar, a comer, a recibir atención médica. No queremos enfrentamientos. Queremos su amistad y confraternidad, pero si se quedan aquí, en las actuales circunstancias, solo van a contribuir a desencadenar más violencia.

Firman todos los pacíficos ciudadanos de Cali

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