Además, no es necesario ya que está probada una estrategia más lenta pero igualmente efectiva, que en términos similares, resumió Reagan así: Si tienen éxito, acóselos con impuestos. Si a pesar de eso siguen bien, cérquelos con regulaciones. Cuando logre que se quiebren, los estatiza y los subsidia. Es la lenta pavimentación del camino socialista hacia la pobreza. Quien genera riqueza, está cometiendo una injusticia porque se posiciona por encima de los demás. Por eso hay que perseguirlo y agobiarlo hasta que se vaya o caiga de rodillas a suplicar las dádivas estatales, agradeciendo luego con su apoyo el privilegio de existir.
Los hechos y las filtraciones lo confirman. Los rudimentos de economía, esenciales para la generación de riqueza, no se encuentran en las mentes de los dirigentes.
Dónde están los que consideraron precipitada e infantil la comparación con Venezuela o Cuba? En solo dos años de viaje ya estamos montados en el mismo bus del progreso, junto con Haití.
Se puede creer que con consejos para que sigan las elementales leyes de la economía, que no entienden, se va a lograr el cambio de rumbo?
¡No hay ninguna posibilidad!. El rumbo no se traza con hechos y datos. Está trazado con la fe en una farsa de asistencia al pueblo que solo sirve para concentrar poder en unos pocos. No es sino ver el billonario montaje de la repartición de cajas de comida, las famosas CLAP de Venezuela, denunciado en documental de Armando Info. El pueblo pobre recibiendo miserables raciones de leche falsa y su gestor con flotilla de jets para pasearse por sus mansiones en las grandes ciudades del mundo. Para no mencionar los que se han destapado y se siguen destapando aquí.
Mientras los ilusos aspiran a “corregir el rumbo”, la dinámica es seguir ahorcando con impuestos a quienes producen y empalizar con regulaciones y controles a los que sobrevivan. De esa manera el poder se va trasladando del pueblo que controla sus recursos hoy, a un ente central en manos de unos pocos que todo lo controla.
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