El Despiadado Magnate y el Lider Salvador

El Despiadado Magnate y el Lider Salvador

Hay palabras como “amor” que tienen usos muy variados, según el contexto y las modas. 

En Colombia la palabra “social” es una maravilla. Especialmente si se precede de “lo”. “Acabo con la ciudad, pero no hay duda que se destacó en lo social”

Es una pintura blanca, que purifica todas las acciones y personajes. Quien la usa se envuelve, en forma automática en un aura de juez supremo de la equidad. 

Y que es, en esencia, lo que hay que hacer para sacar alto puntaje en “lo social”?  Regalar la plata de otros. Porque regalar la propia no concede la misma gracia. “Si tenia tanta fue por explotador y le sobraba.” Y eso no tiene la misma gracia “social”. 

Sin desconocer que toda comunidad tiene un porcentaje de desafortunados, que requieren de ayuda humanitaria por parte de fundaciones o el mismo estado, concebir “lo social” como una estrategia central de cualquier gobierno, ha resultado en multiplicación de la pobreza. La razón es natural. Venimos cableados para luchar por la subsistencia, pero asegúrele la comida a un leon y lo vera echado, durmiendo. El asistencialismo mata la iniciativa, el estimulo para producir, el orgullo de los logros individuales. 

Que es precisamente lo que estimulan los vilipendiados magnates. Jalados por la ambición de poder y dinero le crean fuentes de trabajo a miles. Entre mas miles, mas magnate. 

La conexión cerebral  que permite celebrar a quienes toman la plata de todos y la reparten para comprar vanagloria y condenar a los que generan riqueza, trabajo digno y verdadero avance social, esta por descubrirse, y es posible que si se hace a tiempo, Latinoamérica pueda seguir el rumbo de prosperidad del resto del mundo. 

Los países con muchos magnates, y miles de aspirantes, logran una mas justa distribución del poder y la riqueza, con mejor control de la corrupción. 

Los países del “querido líder” el “comandante supremo” concentran el poder en una pequeña, enriquecida y corrupta troika que deja a una gran masa resignada a vivir una vida miserable con la migajas que les regalan.