Los compromisos de COP 26 son valiosos y representan una comprensión por parte de los líderes del mundo de la magnitud del daño que está representando esta sobrepoblación de humanos queriendo disfrutar de un estándar de vida cada vez mejor.
Es simplón no suponer que todos, en la medida en que puedan, quieran tener acceso a las comodidades del mundo moderno. Y eso significa un consumo de energía cada vez mayor. Quedan pocas dudas: si seguimos basando el progreso en combustibles fósiles, volveremos el planeta una pesadilla.
Pero no basta que los líderes del mundo se comprometan. Si el resto del mundo, en todos los niveles, no es capaz de cambiar el modelo de vida tan uniformemente diseminado, no se va a lograr el objetivo.
Por eso a nivel local he propuesto Soñar Ciudad. Es la descripción de las transformaciones que podrían hacerse en una ciudad como Cali, si sus habitantes tuviesen la imaginación y la determinación para lograr cambiar su entorno y vivir una ciudad más amable y equilibrada.
La premisa fundamental, es reconocer que el carro, el automóvil, es un disparate. Nuestras ciudades se han transformado en pesadillas por la obsesión de construirlas, expandirlas y diseñarlas alrededor del carro.
El carro es un absurdo energético. Solo un 2% de la energía que consume se usa para mover el ocupante. La gran mayoría se usa para mover los mil a dos mil kilos de hierro y parafernalia.
Pocas personas piensan que cada que se montan en un carro toman un arma homicida y salen a recorrer las calles alegremente en busca de víctimas desprevenidas. Combinamos camiones enormes, buses, carros, bicicletas, motos y peatones. Asombra que no tengamos sino 40.000 accidentes y 7.000 muertes cada año. Este terrible hecho de violencia lo acepta la sociedad como parte de la vida. Cuando además le mezclamos nuestro bajo nivel cultural, que permite que personas sin instrucción ni educación, salgan a las calles a cometer todo tipo de violaciones, y a esto le sumamos un pobrísimo control policial, con un ineficiente sistema judicial, entendemos porque nuestros accidentes de tránsito matan 5 veces más por habitante y gasolina consumida que los países desarrollados. Pocos caen en cuenta que es tanta la capacidad de daño y muerte del sistema de transporte, que nos hemos tenido que inventar un sistema específico de aseguramiento para tratar de pagar la enorme cuenta en salud que esto representa.
Se argumenta que este es el precio que tenemos que pagar para movernos. Pero resulta que nuestras ciudades no han sido diseñadas para los carros. Con obras públicas pobres, inconsistente señalización y normas de tránsito violadas por doquier, no nos debe asombrar que nuestra productividad sea tan baja. Cuando la gente está bloqueada en la calle, no trabaja.
Podemos, desde el nivel ciudad, hacer una contribución a la revolución energética del COP 26? Y de paso evitar el desastre en salud pública,economía y movilidad ? Si, no es tan complejo, y ciertamente no consiste en armar protestas, que solo van a empeorar nuestra ineficiencia. .
Quien tenga interés puede leer el paso a paso de transformar la ciudad y los vehículos en http://bit.ly/soñarciudad.
domingo, 28 de noviembre de 2021
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