Lo que se concibe como liberalismo en el mundo, poco tiene que ver con el revuelto ideológico en que se ha convertido el partido liberal Colombiano y mucho menos con la distorsionada visión de lo que los marxistas del siglo 21 han dado en llamar neoliberalismo.
En su esencia la filosofía liberal consiste en un profundo respeto por los proyectos de vida de los otros condenando cualquier forma de violencia para resolver las diferencias. Difiere sustancialmente con la visión de la sociedad a través de la lucha de clases. Lucha que como lo implica la palabra, siempre será violenta. Esta propuesta ya era obsoleta a finales del siglo 19, con el mismo Marx dudando en sus últimos años de la coherencia y aplicabilidad de sus teorías. Fue gracias a Engels, quien publicó 3 “sequels” que la decadente teoría fructificó y ha alimentado hasta hoy a gran variedad de dinosaurios ideológicos, empecinados en ignorar toda la evidencia que proporcionó el siglo 20. La concepción teórica del manifiesto comunista, no resistió el análisis de los filósofos, sociólogos, y economistas serios desde sus primeros años.Y su aplicación práctica ha sido responsable de los horrores más deleznables que ha padecido la humanidad en los últimos 100 años. Comparable solo con sus hermanas socialistas, el Nazismo y Fascismo.
El liberalismo es la antítesis de las ideologías que establecen un conocimiento terminado. Está en la esencia del error de los socialistas, el creer que tienen el diagnóstico de las sociedades y por tanto pueden aplicar una fórmula, que tienen escrita desde hace más de 150 años.
Contrariando lo que todos sabemos, así sea por intuición, ningún conocimiento está terminado, nadie tiene la última palabra. Esto explica porqué la libertad ha probado ser superior a la tiranía. La dictadura del proletariado ejercida por sus modernos seguidores, quienes se cuidan de usar el término, pero aplican todas sus premisas al pie de la letra, limita la libertad, porque se basa en un plan genial concebido por una camarilla que conoce la solución para todo. Con eso, no solo acaban con el crecimiento económico, porque no entienden que es precisamente con la libertad de lo que llamamos mercado, que el dinero cambia de manos muchas veces y es allí que está la esencia del crecimiento y el progreso.
Además se aplasta la felicidad, que se deriva de la libertad para soñar y proveerse con el esfuerzo propio, un futuro mejor. La iniciativa y las ideas son reemplazadas por una cínica abyección al régimen, única forma de obtener privilegios. Al sustituir la creatividad generadora de riqueza por la lambonería que permite ascender en el escalafón de los parásitos, las sociedades dejan de generar riqueza. El empobrecimiento general cierra el círculo con una camarilla corrupta que se aferra al poder con violencia, como único recurso de mantener sus privilegios.
Visitar los países de Europa oriental proporciona una lección abrumadora. Con qué orgullo hablan de la revolución y de los héroes que los libraron del oprobioso régimen sovietico. La misma palabrita con la que nuestros fogosos y bien armados “revolucionarios” nos pretenden dispensar un “progresismo” que sabemos, será en reversa.
miércoles, 20 de julio de 2022
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario