No hay cómo opinar de cualquier evento que conmocione de alguna manera al mundo sin traer a cuento la palabreja. Desde que jóvenes profesores alemanes popularizaron el término que justificó el expansionismo alemán, todo el que quiere mostrar comprensión del complejo mundo del poder, sabe que tiene que usar “razones geopolíticas”. El discurso en el que confluyen personajes diversos y variopintos de todo el espectro ideológico es como sigue:
La culpa de lo que le está ocurriendo a Ucrania la tiene USA y la Unión Europea, por crearle la “ilusión” a los Ucranianos de volverse Europeos. Los estimularon y atrajeron con el bombón de una democracia real, libertad económica, y prosperidad pacífica. Y eso fue insoportable para Putin, quien no podía tolerar a un “enemigo” en su frontera poniendo en peligro su país con misiles nucleares a 500 km de Moscú. Por estas razones “geopolíticas” no tuvo otra opción que invadir y arrasar a Ucrania.
Perorata intelectualoide y falsa, porque una Ucrania libre, próspera y europea sólo significaba riesgo para el tirano. Nunca para los hermanos rusos, a quienes sí les servía el ejemplo de una sociedad abierta y floreciente.
Además Europa, USA y el mundo habían establecido interdependencia pacífica con Rusia, promoviendo el comercio y el turismo. Así, no hay ninguna razón para que esta concepción, que elude la “compleja” geopolítica, no sea la visión moderna y civilizada que guíe las interacciones de la humanidad. Porque una Ucrania europea e inclusive miembro de OTAN, no representaba ningún peligro para Rusia, cuando ningún líder moderno piensa en guerras o invasiones como estrategia para que su país progrese. La macabra idea solo sale de la mente de un narciso paranoico e imperial.
Tiene algún sentido que Ucrania debía ser un “buffer” para los asustados rusos en pleno siglo XXI? Cuando las bombas se envían con misiles y aviones o submarinos desde largas distancias, cuando la comunicación y la información no depende de vecindades, cuando la cultura y las costumbres se han universalizado, cuando la fuente de riqueza está mucho más en el conocimiento que en minas y campos, ¿ese cuento de dominar terrenos, tiene alguna validez?
¿Y el asunto de la división geopolítica del mundo? Nuestro candidato puntero es timorato para condenar la barbarie porque le parece coherente que Putin no pueda tolerar vecinos occidentales, mientras se abraza con Cuba, Nicaragua y Venezuela con su reciente “línea Maginot” rusa en la frontera Colombiana.
La política internacional entendida como el ajedrez “geopolítico” de 4 líderes mundiales quienes reparten cuadritos, representa una visión desueta que solo sirve para justificar guerras estúpidas. Se debe enterrar por inhumana y cruel, y porque siempre desconoce lo más elemental: la vida, libertad y voluntad de los afectados. Los Ucranianos han sido contundentes: armaron la revolución de Maidán en el 2014 y sacaron al títere ruso, precisamente porque querían ser europeos.
La invalidez de la geopolítica, se confirma con la evolución de latinoamérica hacia regímenes totalitarios, en el “patio de atrás” de la que, hasta hace poco, fue la democracia más reconocida y admirada del mundo.
miércoles, 23 de marzo de 2022
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